Pese a que en tierra azteca se consigue mota de buena calidad (nos han contado), la Comisión de Salud del Senado planteó que, en caso de que se dé luz verde a la legalización de la marihuana para usos medicinales, ésta llegue importada… bueno, no tanto como la yerbita en su estado más puro y antojable, sino en productos ya pasados por laboratorios:
“La Secretaría otorgará autorización para importar estupefacientes, sustancias psicotrópicas, productos o preparados que los contengan, incluyendo los derivados farmacológicos de la cannabis sativa, índica o mariguana, entre los que se encuentra el tetrahidrocannabinol, sus isómeros y variantes estereoquímicas”.
Para lo anterior, será necesario que se modifique la redacción del artículo 290 de la Ley General de Salud, lo cual tiene como intención que el chance de comerciar con los risueños productos sólo se entregue a establecimientos muy específicos.
“Exclusivamente a: las droguerías para venderlos a farmacias o para las preparaciones oficiales que el propio establecimiento elabore y los establecimientos destinados a producción de medicamentos autorizados por la propia Secretaría”, señala el documento elaborado por Salvador López Brito, senador panista y presidente de la mencionada Comisión.
Para aquellos catadores experimentados que ya han hecho el comparativo entre la mota nacional y la que se produce en otras latitudes, llegando a la sesuda conclusión de que “la de México pone más recio”, buenas noticias… bueno, obviamente si la requieren para fines meramente medicinales: la propuesta del Senado vislumbra que se investigue la forma en que se pueda llegar a consumir estupefacientes de producción nacional.
La razón por la que en primera instancia se plantea importar los fármacos es porque se busca atender a la de ya “una urgencia de miles de pacientes”, señaló la presidenta de la Comisión de Gobernación, Cristina Díaz. “Hacer los medicamentos en el país llevaría más tiempo porque hay que ver quiénes de la industria farmacéutica tienen interés en la elaboración; en conseguir la autorización, desde el cultivo, cosecha producción, hasta la comercialización y luego tendrán que trabajar con evidencia científicas y presentar su protocolo a la Cofepris, este proceso puede llevar de dos a tres años”, agregó.
Por otra parte, también se propone que sea la Secretaría de Salud la encargada de diseñar políticas que regulen el uso de los fármacos derivados de la mota, así como crear o (si es el caso) reforzar programas para prevenir que niños y adolescentes quieran imitar a su tío locochón que se la pasa risa y risa, mientras escucha a Pink Floyd.
En lo referente a eso que tiene sudando a varios lectores… claro, nos referimos a la iniciativa para aumentar los gramos para consumo particular que hace unos días propuso EPN, será la Comisión de Justicia la que se encargue, ya que el caso tiene que ver con asuntos penales.
Así que aguanten.