Con su última decisión, la gigante farmacéutica Pfizer le puso las cosas difíciles a los 31 estados que todavía acostumbran la pena de muerte en Estados Unidos y es que la compañía ha anunciado que hará todo lo posible para impedir que sus productos se utilicen en las ejecuciones mediante inyección letal.

“Nos oponemos de manera férrea al uso de cualquiera de nuestros productos en el proceso de inyección letal para la pena capital”, anunció Pfizer en un comunicado el pasado 28 de marzo.

De acuerdo con un artículo publicado en ‘The New York Times‘, la compañía implementará nuevos y severos controles que evitarán que sus medicamentos sean utilizados para este fin, bloqueando así, una de las pocas vías legales para la adquisición de los fármacos usadas en las inyecciones letales, entre los que se encuentran el propofol, el bromuro de pancuronio y el cloruro de potasio.

Más de 20 compañías farmacéuticas tanto americanas como europeas ya han implementado este tipo de restricciones, sin embargo el comunicado de Pfizer, considerado como uno de los líderes de productos farmacéuticos en el mundo ha causado un fuerte impacto.

Arizona, Okahoma y Ohio, son algunos de los estados que se han visto afectados por estas medidas y han tenido que retrasar ejecuciones durante meses debido a la escasez de fármacos por temas legales vinculados a los procedimientos de inyección. Otros estados han decidido recurrir a la clandestinidad para conseguir dichos fármacos y otros pocos han tomado otras medidas como la silla eléctrica o la cámara de gas.

La compañía agregó que que seguirá de cerca la comercialización de sus productos para asegurarse de que los distribuidores o vendan los medicamentos para uso en inyecciones letales.

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