Francisco José Garzón, el maquinista que iba al frente del tren descarrilado en España, quedó en libertad tras testificar durante dos horas.
Uno de los protagonistas del accidente ferroviario más grave de las últimos años en España, donde murieron 79 personas, quedó en libertad con cargos. Esto tras estar frente al juez por más de dos horas y reconocer que iba a 190 km por hora en un tramo en el que tenía que ir a 80: “un despiste” fue la razón del descarrilamiento del pasado miércoles, señaló.
Con lo anterior Francisco José Garzón deberá comparecer semanalmente ante el juzgado y se verá inhabilitado para pilotar cualquier tipo de tren, por lo menos hasta febrero del 2014. De igual manera le fue retirado su pasaporte.
El Tribunal Superior de justicia de Galicia señaló que a Garzón se le imputan “79 delitos de homicidio y una pluralidad de delitos de lesiones, todo ellos cometidos por imprudencia profesional”, pero se evitó pedir cárcel y se conformó con las medidas cautelares impuestas.
El testimonio del maquinista sirvió para establecer las causantes del fatal accidente ocurrido el pasado miércoles en Santiago de Compostela, en el que murieron 79 personas, además de reportarse varios heridos. Desde el comienzo la policía había manejado la hipótesis de que una imprudencia profesional era el motivo principal del descarrilamiento, pero sólo el propio Garzón podía aclarar si además de su “despiste”, el accidente fue causado por alguna falla mecánica.
Desde hace unos días la grabación de una llamada realizada por el maquinista al servicio de incidencias de Renfe momentos después del incidente, ya apuntaban las acusaciones hacia Garzón. En dicha grabación el conductor “aseguró que entró a 190 kilómetros por hora en esa curva complicada, cuando faltaban cuatro kilómetros para parar en la estación del centro de Santiago”. “Somos humanos, somos humanos”, “pobres viajeros” y “espero que no haya muertos porque caerán sobre mi conciencia”, fueron algunos de las palabras dichas en aquella llamada por Garzón.
