Hace unos días nos enteramos que a los consumidores mexicanos les daban gato por liebre con el atún —gracias a un reporte de Profeco sobre la sustitución del atún por soya—. Pero si pensabas que este era todo el rollo, aún hay más. Pues el problema no sólo corresponde al atún, sino a los pescados que consumimos en restaurantes, mercados y pescaderías.

¿Por qué? Imagina que un buen día estás comiendo un rico taco de marlín o un huachinango, pero en realidad estás comiendo otro producto. ¡¿Qué?! Así como lo lees, en México la sustitución de los pescados existe y se da en sus tres niveles de venta, de acuerdo con un estudio que realizó Oceana México.

Esta organización armó un estudio sobre la sustitución de especies “Gato x liebre. Fraude y sustitución en la comida de mar”, con casi 400 muestras de ADN para conocer qué tanto abarca esta práctica y dimensionar este problema que golpea los bolsillos y los paladares de mexicanas y mexicanos.

Un taquito de marlín, no es de marlín

Para empezar, “los campeones del disfraz” son los pescados marlín —que registra el 90% de su sustitución—, la sierra… ese pescado usado pal ceviche y altamente cotizado en Mazatlán, registra el 89% de su sustitución.

GatoxLiebre: Estudio expone el fraude en México en la comida del mar
Foto: Cuartoscuro.

El mero también registra 89%, mientras que el famoso huachinango tiene 54% —que es sustituido por pescado de menor valor o por especies muy, muy distintas como la raya látigo— y el róbalo con 53%.

En el caso del huachinango y el róbalo, la mayoría de los casos de gato por liebre se da en CDMX y… suelen ser reemplazados por pescados de menor valor.

Por ejemplo, el kilo de huachinango cuesta 600 pesos —mientras que el bagre, que es uno de los sustitutos está en 53 pesos— o el róbalo que anda en 461 pesos.

Las zonas del engaño

CDMX, Cancún y Mazatlán son las ciudades que más nos rompen el corazón con el engaño. De acuerdo con Oceana México, en la capital del país esta actividad se presenta en un 34%, en Cancún se registra un 26.5% y en Mazatlán con 31.6%.

Esto se debe a la falta de controles por parte de las autoridades y la poca información que los consumidores tienen —además, esta práctica perjudica a nuestros mares, nuestros bolsillos y a los pescadores—.

Por lo pronto, la organización recomienda checar que la etiqueta del producto contenga el nombre comercial, el nombre científico, la licencia y el permiso de pesca, la fecha de captura, la congelación y el empaquetado.

Si quieres echarle un ojo a la investigación completa, acá te dejamos el enlace de Oceana México.

**Foto de portada: Cuartoscuro.

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