Se nos advirtió: si el COVID-19 seguía libre por ahí y uno como si nada, las mutaciones no dejarían de surgir. Y así ha sido: subvariantes del Omicron se dan a conocer más seguido y, una de ellas, ya está en México: “pesadilla del infierno”.
De acuerdo con Aristegui Noticias, la subvariante conocida con el temible nombre de “pesadilla del infierno” ya dejó algunos casos en el país. Bueno, en realidad se le conoce entre la comunidad especialista como subvariante XBB, sin embargo, entre el popular se le llama así: pesadilla del infierno.
Según los datos que se tienen, se trata de cuatro casos reportados en el Estado de México y en la CDMX. Las personas con la subvariante del COVID-19 que a más de uno lo lleva a pensar en Freddy Krueger son: un hombre de 32 años, dos mujeres y una niña de 12 años. Todas estas personas se habrían hecho sus respectivas pruebas a mediados de noviembre.
Ya es un hecho que se trata de casos de la subvariante “pesadilla del infierno”, ya que todas las pruebas fueron verificadas por el Instituto Nacional de Medicina Genómica y reportados al sistema Gisaid, el cual reúne la información de enfermedades como el COVID-19 y la influenza.
Al respecto de la “pesadilla del infierno”, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que ésta proviene de la variante Ómicron. Y, aunque muchos no la conocer, ya la conocerán (si es que no toman medidas preventivas)… ya que los casos van en aumento.
“A partir de la semana epidemiológica 40 (3 al 9 de octubre), XBB tiene una prevalencia global de 1,3% y se ha detectado en 35 países”, informó la OMS.
Por el momento, no hay razón para preocuparse tanto de la “pesadilla del infierno”. Según las autoridades sanitarias, aún se necesitan estudios para determinar sus secuelas, sin embargo, por el momento se puede decir que “los datos actuales no sugieren que existan diferencias sustanciales en la gravedad de la enfermedad para las infecciones por XBB”.
Es decir, la “pesadilla del infierno” produce las mismas afectaciones que cualquier otra subvariante del COVID-19… pero, peeero, peeeeeero, una cosita: “hay evidencia preliminar que apunta a un mayor riesgo de reinfección, en comparación con otros sublinajes circulantes de Omicron”.
Así que, por el momento, no hay mucho de qué preocuparse. A menos que los casos comiencen a darse entre población que no recibió la vacuna COVID-19. Si la “pesadilla del infierno” circula ahí, entonces habría riesgo de oleadas de infección.