La corrupción es uno de los principales problemas tanto en México como en toda Latinoamérica. Todos los días escuchamos a algún presidente, funcionario o candidato, prometer una lucha seria y frontal contra este cáncer… únicamente para seguir nombrando a sus cuates en el gabinete….
Pero parece que hay un país dispuesto a luchar contra la corrupción a todos niveles: Perú.
En 2015, el actual presidente, Pedro Pablo Kuczynski, prometió resolver los problemas de inseguridad que vivía el país sudamericano. Los secuestros, asaltos y asesinatos se habían disparado en cuestión de meses, así como las denuncias contra los abusos por parte de los elementos policiacos que montaban rescates, o asesinaban brutalmente a los delincuentes que ya se habían rendido… ¿Les suena conocido?
En sus primeros meses de gobierno, Kuczynski descubrió que los casos de abuso policiaco obedecían principalmente a que los policías creían que si exageraban sus operaciones y mataban a todos los delincuentes, era más probable que les dieran un ascenso.
Otro descubrimiento fue que muchos policías se encontraban coludidos con algunos delincuentes. Les avisaban sobre futuras operaciones a cambio de unos cuantos pesitos…
Uno de los casos más sonados fue el de los agentes peruanos que sembraban cocaína en las maletas ya chequeadas por pasajeros que volaban a México. Éstos fueron detenidos, comprobándose así su complicidad con el narcotráfico.
Otro caso fue la detención del líder de la banda de secuestradores y extorsionadores denominada ‘Los Malditos de Esperanza Alta’ que —oh, sorpresa— era un suboficial de la policía peruana.
Ante este panorama, las autoridades peruanas han dado un paso en busca de combatir la corrupción en sus cuerpos policiacos. A partir de esta semana, los policías tendrán que someterse a pruebas de polígrafo como parte de sus mecanismos de transparencia.
Inventadas en 1938 en Estados Unidos, las pruebas de polígrafo registran los cambios fisiológicos del cuerpo, como una alteración en la presión arterial, aumento en el pulso, transpiración y respiración en tres partes del cuerpo. Después transmiten la información a una computadora, que nos permite saber si la persona entrevistada está mintiendo o no.
De esta forma, no sólo se busca limpiar las instituciones que pudieran haber sido infiltradas por la delincuencia, sino también remunerar a aquellos policías honestos. Cada elemento que se someta a la prueba del polígrafo sumará puntos para poder solicitar un ascenso.
Y sí, hay que ser realistas. Puede que el polígrafo no sea la mejor solución para acabar con la corrupción… pero al menos se agradece cuando vemos a algunos gobernantes tomar verdaderas cartas en el asunto.