Con una celeridad que nos recuerda cómo chambean los legisladores mexicanos (cuando les conviene), el Congreso de Perú aprobó una ley que garantizaría que el expresidente Alberto Fujimori no pisará la cárcel, esto pese a que hace unos días le fue retirado el indulto humanitario.
De acuerdo con El País, con mayoría fujimorista se aprobó en el Congreso peruano una ley que impide que todo adulto mayor que sobrepase los 78 años vaya a prisión. La llamada “Ejecución humanitaria de la Pena”. Muy oportuno el movimiento legislativo, ya que hace unos días la Corte Suprema retiró el indulto humanitario con el que el exmandatario Alberto Fujimori libró la prisión en diciembre pasado.
Entonces, para pesar de los “manchados” que querían ver al cabecita de algodón tras las rejas (pues porque no estaría mal que pagará por los crímenes de lesa humanidad cometidos), con sus 80 añitos ( más la ley aprobada en el Congreso, claro), Fujimori no tendría que pisar la cárcel… lo cual no significa que no cumplirá condena, ¡noo, como creen! Lo hará, con todo el rigor posible: desde su muy cómodo domicilio, “a través de vigilancia electrónica”.
En 2009, Fujimori fue sentenciado a 25 años de prisión al encontrarlo culpable de homicidio, lesiones graves y secuestro agravado. Todo un catálogo de crímenes de lesa humanidad. Y estaba ya muy encerrado desde hace tiempo, pero llegó el presidente Pedro Pablo Kuczynski a pactar con el grupo fujimorista del Congreso, a cambio de no ser destituido, indultarlo.
El pasado 3 de octubre, el Congreso Supremo retiró el indulto humanitario, además de ordenar la inmediata captura del expresidente… pero, ¡ay!, el sólo pensar en estar nuevamente tras las rejas hizo que el buen Fujimori comenzara a sentirse malito y tuvo que ser hospitalizado. Y bueno, desde la cama del nosocomio (seguramente con sus últimas fuerzas) difundió un video en el que se le ve pidiendo clemencia. “Ya no me vuelvan a entambar”, pidió el exmandatario… no así, con esas palabras, sino así: “quiero pedirle al presidente de la república, a los miembros del poder judicial, una sola cosa: por favor no me maten; si regreso a prisión mi corazón no lo va a soportar, está demasiado débil para volver a pasar por lo mismo. No me condenen a muerte, ya no doy más”.
En fin… ¡milagro del Día de la Raza! Parece que en el Congreso se conmovieron con las dulces palabras de Fujimori y, así, de manera exprés le han dado un regalote… que, por cierto, también podría favorecer a Vladimiro Montesinos, exasesor del exmandatario y jefe de facto de las fuerzas armadas en el régimen.