Lo que necesitas saber:
CDMX sigue con desafíos para garantizar la movilidad para personas con discapacidad visual.
Banquetas levantadas, falta de señalizaciones, ventanas con protecciones por fuera, postes mal ubicados o simplemente personas que no se percatan de los espacios dedicados para personas con discapacidad. Estos son algunos de los obstáculos que día a día enfrentan las personas con discapacidad visual en CDMX.
O, al menos, eso es lo que comprobamos con María de los Ángeles Pacheco Santiago, conferencista y terapeuta holística, con quien recorrimos las calles del Centro de CDMX para saber qué tan chidas son para la movilidad de personas con discapacidad visual.
¿Qué tan chidas son las calles de CDMX para personas con discapacidad visual?
El recorrido lo hicimos un viernes, alrededor de las 10 de la mañana en un punto céntrico de CDMX con dos destinos: el Banco del Bienestar que está cerca del Banco de México y la Asociación Nacional de Masoterapeutas Ciegos y Débiles Visuales, A.C (ANAMACIDEVI).
Ángeles Pacheco inició este recorrido reconociendo que, a veces, no es nada fácil caminar en las calles de CDMX. Empezando por su propia calle.
“A veces no es nada fácil. ¿En qué sentido? En que hay estructuras de las ventanas… las protecciones por fuera y he tenido que irme acostumbrando a evitar orillarme a la pared, que es un punto de referencia para las personas que no vemos y que tuve que evitarlo porque si no, me pegaba.
Después de varios golpes entendí que no era por ahí, que tenía que dar unos pasos o dos a la derecha”.
Sin embargo, al hacerlo, Ángeles se topó con una jardinera en la banqueta, a la que ojalá pudieran ponerle un borde. ¿La razón?
Porque pese a llevar su bastón “blanco” —como le llaman al ser una guíaque permite a las personas con discapacidad visual desplazarse de manera autónoma, detectando los obstáculos que están al ras del suelo— el desnivel entre la jardinera y el piso ha provocado que Ángeles tropiece o pierda el ritmo de su caminata.
Entonces, ella misma nos contó que qué mejor que a ese tipo de instalaciones se les pusiera una especie de barda para que con el bastón pueda saber qué ahí debe tener cuidado.
Un tubo en medio de la banqueta
Doblando a la izquierda, después de platicarnos que el viento también es uno de los indicadores que le sirve como guía para caminar en la calle, Ángeles Pacheco nos mostró ooootro obstáculo: un tubo alto en medio del paso peatonal y que conecta con uno de los locales de la colonia.
“Aquí está este tubo con el que me he pegado varias veces”, nos dijo al explicarnos que su posición no le permite tomar los puntos de referencia, o sea la pared. Y que caminar, cuando llueve o hay mucha gente, se vuelve más difícil transitar por esta zona de la calle, aunque “afortunadamente la banqueta es amplia”, agregó.
Una moto que se pasa un alto
“Si yo me hubiera dejado guiar por la moto, yo diría ‘Ah, está el siga para mí, ya se puso el alto para los carros’ y no es cierto… ya no le hago caso a las motos porque luego se pasan el semáforo”.
Parece un lugar común, pero lo cierto es que Ángeles Pacheco tiene que estar atenta a todo momento de todos los elementos que están a su alrededor.
En este caso, en uno de los cruces, la conferencista nos explicó que el ruido de los vehículos son también un indicador del camino.
Sin embargo, pueden convertirse en falsos indicadores como la moto que se pasó un alto.
La moto en cuestión estaba del mismo lado de la avenida donde estaba Ángeles. Si ella le hubiera hecho caso al sonido, hubiera cruzado la calle pese a que —junto con el vehículo— tenía el alto.
Señalizaciones en el Metro de CDMX
Luego, entramos al Metro con Ángeles Pacheco, donde una de las policías de la PBI de CDMX al verla comenzó a hacer ruido con su tarjeta para indicarle hacia dónde tenía que ir para pasar por los torniquetes.
La conferencista entonces pidió ayuda a la policía para poder llegar al andén, cosa a la que la oficial accedió. La dejó detrás de la línea de la vida, la amarilla.
Por cierto, Ángeles Pacheco pidió ayuda porque la estación Obrera no tiene guías para personas con discapacidad visual, aunque eso sí, el Metro se ha llevado una palomita porque sí ha diseñado gran parte de sus instalaciones para que las personas con discapacidad puedan moverse.
Por ejemplo, la línea de la vida en los andenes, donde hay una diferencia entre los pisos: uno es más liso detrás de la línea amarilla y el otro más rasposo, en la parte que da hacia las vías.
“El común de la gente que ve, no se da cuenta de esos pequeños detalles”, comentó Pacheco Santiago.
Una vez en el tren, dos chavos le ofrecieron el lugar a Ángeles y preguntaron hacia qué estación se dirigía para recordarle cuántas le faltaban.
Señalizaciones en los edificios de gobierno
Para llegar al Banco del Bienestar, Ángeles Pacheco apuntó que hacen falta señalizaciones que indiquen a las personas con discapacidad visual el camino y la entrada.
Lo particular de esta sucursal es que está al lado del Museo del Banxico y del Banco de México.
Entonces, para Ángeles no está demás que desde la esquina del reconocido Banco de México comiencen las señalizaciones para indicar el camino hacia el Banco del Bienestar.
Las rejillas
Caminando sobre la banqueta de Eje Central, Ángeles se sorprendió cuando su bastón se atoró con una rejilla cuyos orificios estaban muy separados, a tal grado que la punta de su bastón completo entró y se atoró.
Para Ángeles, lo ideal sería que colocaran rejillas con espacios menos separados o una especie de guía para indicar que por allí hay aberturas.
“Este recorrido no estuvo tan accidentado”
Esa fue parte de la conclusión de Ángeles Pacheco, una vez que llegamos a las instalaciones de la ANAMACIDEVI, en un recorrido de alrededor de 1 hora con 10 minutos.
“Honestamente, no estuvo tan accidentado”, insistió aunque reconoció que uno de los factores fue por la hora.
Si hubiéramos salido con ella un poco más tarde, hubiéramos encontrado más gente y más puestos, de acuerdo con su día a día.
Tips para echar una mano
No queremos sonar capacitistas ni mucho menos caer en el capacitismo porque la idea de una buena estructura de movilidad en CDMX es que todo mundo pueda transitar de manera autónoma. Independiente.
Bajo esta idea, Ángeles Pacheco mencionó que no está de más, a veces, echarnos una mano entre peatones.
Y si lo que queremos es ayudar a una persona con discapacidad visual a cruzar una calle o indicarle un lugar, lo primero que tenemos que hacer es preguntar si podemos hacerlo, al menos esa es la opinión de Ángeles.
“Acercarse y decir ‘Hola, ¿necesitas ayuda?, preguntar si se necesita ayuda”. Una vez que obtenemos el sí, lo ideal es que el ayudante vaya un paso o medio paso adelante de la persona con discapacidad visual y que esta pueda tomarla del hombro o del brazo.
“En los lugares reducidos, la persona que va adelante debe poner su brazo hacia atrás —como de manita de puerco— para cubrir nuestro cuerpo y no estar al pendiente de que vamos a chocar con algo más”.
En el recorrido que hicimos con María de los Ángeles mucha gente se acercó a cruzar la calle con ella o indicarle el camino.
En general, “sí me ha tocado mucha gente que me dice a la derecha así tan seguros o así cuidado cuidado y no te dicen con qué y tampoco te toman por el miedo a, pero no siempre“.
Aunque, no podemos dejar de mencionar a las personas que pese a ver el bastón, no se detenían e incluso intentaban pasar sobre él.
El mensaje de Ángeles
Ángeles Pacheco accedió a que hiciéramos este recorrido con la intención de mostrar los obstáculos de movilidad en CDMX para las personas con discapacidad visual, para que como sociedad, todos juntos, todas juntas impulsemos los cambios necesarios en la estructura de la ciudad; así como fomentar la empatía, el respeto y conocimiento.
Entusiasmada desde el primer minuto y hasta el momento en que concluimos el trayecto en el edificio de ANAMACIDEVI, Ángeles Pacheco confió en que su mensaje haga eco en nuestras vidas.
Y claro, el gobierno chilango para que desarrolle políticas públicas y proyectos que mejoren la movilidad para las personas con discapacidad visual.