El artículo original fue publicado el 25 de noviembre de 2016.
El día de ayer se registró un enfrentamiento en Tierra Colorada, Guerrero, entre dos grupos antagónicos de policías comunitarias: la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero y el Frente Unido por la Seguridad y el Desarrollo Social. En medio de la refriega quedaron atrapados por aproximadamente 15 minutos un grupo de al menos diez reporteros locales.
Los momentos de agobio e incertidumbre quedaron registrados en un video. “Brindar información se ha convertido en una actividad de alto riesgo en México, toda vez que los gobiernos, intolerantes a la crítica, y el crimen organizado, con gran poder en varias regiones del país, amenazan con silenciar estas voces”, indica la organización Artículo 19 sobre la situación del periodismo en nuestra nación.
De acuerdo con la Comisión Estatal de Derechos Humanos de 1997 a la fecha fueron asesinados 14 periodistas en Guerrero, siendo 2010 el año más violento, con cuatro periodistas asesinados. Según el órgano “ejercer el oficio periodístico en Guerrero tiene una sensibilidad especial, por el contexto social que se vive en el estado”.
Tan solo en los últimos 16 años se registraron 150 quejas presentadas por reporteros contra autoridades de los tres niveles de Gobierno de Guerrero. Este estado, junto con Veracruz, es el que más incidencias contra comunicadores registra a nivel nacional, según señala el diario local El Sur.
La organización Reporteros Sin Fronteras clasificó a México como el país más peligroso de América Latina y el séptimo en el mundo para ejercer el periodismo, mientras que Artículo 19 concluyó que “el deterioro del ejercicio de la libertad de expresión desde que asumió la presidencia Enrique Peña Nieto ha sido constante”.
En su informe reportaron que, solamente en 2015, existieron 397 agresiones contra periodistas y medios de comunicación en el país, entre los que hubo siete asesinatos, significando un alza de 21.8% en las agresiones con respecto a 2014. Ya sea por grupos del narcotráfico, la policía comunitaria y hasta las propias autoridades, los comunicadores se encuentran en medio de un fuego cruzado solamente por ejercer su profesión.