El sábado pasado, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) festejó su 88 aniversario. Entre otros actos de la era jurásica, el presidente Enrique Peña Nieto le entregó a Manlio Fabio Beltrones la “Medalla Plutarco Elías Calles al mérito revolucionario” (lo que sea que eso signifique).
Pero también dio, lamentablemente, el banderazo de salida a la campaña para la presidencia de 2018. Aunque políticos como Andrés Manuel López Obrador y Margarita Zavala llevan más de un año promoviéndose –el primero lleva 17, para ser exactos–, ahora que el presidente empezó a hablar de la elección presidencial quiere decir –una vez más, lamentablemente– que lo único de lo que hablarán los políticos mexicanos durante los próximos 16 meses –sí, 16– es de quién será presidente.
Por eso en Sopitas.com nos adelantamos y de una vez les decimos qué está sucediendo con los posibles candidatos para 2018 y dónde están parados, en espera de no volver a tocar el tema en un buen rato.
El PRI
Empecemos con el partido en el poder. En el discurso que dio Peña antier dijo las siguientes frases:
“Hay riesgos de retroceso. Hoy, como hace seis años, resurgen las amenazas: la parálisis de la derecha o el salto al vacío de la izquierda demagógica”. (Éste va a ser su principal tema durante el próximo año: acusará al gobierno de Felipe Calderón de no haber hecho nada durante su sexenio, y a López Obrador lo pondrá en la misma línea que sus predecesores; dirá que es un peligro.)
“El futuro de México está en juego en las elecciones de este y el próximo año”. (En lo segundo tiene razón, en lo primero tal vez piense que el Estado de México sea el país entero, lo cual explicaría mucho.)
“[Los partidos de oposición] siguen sin estar listos para ser Gobierno. Exhibieron su oportunismo político demandado subsidiar la gasolina con un total desconocimiento de las finanzas públicas y una falta de visión de Estado o, simplemente, que están dispuestos a sacrificar la viabilidad económica del país para ganar un aplauso fácil”. (Aquí se refiere al así llamado gasolinazo, que llegó de imprevisto a finales del año pasado, cuando originalmente, según lo votado en el Congreso, ocurriría en 2018. El pequeño problema, del cual se dio cuenta el presidente, es que habría tenido que subir los costos de la gasolina en pleno año electoral.)
Esa parece ser la plataforma del partido rumbo al próximo año: presumir que hubo reformas estructurales y que tuvieron los pantalones para llevarlas a cabo, sin importar la pérdida de popularidad en las encuestas, que ahora lo tienen entre 8% y 12%, mínimos históricos. Que en verdad hayan logrado algo, pues… no. La verdad es que no.
De candidatos se ha hablado de varios, pero en particular de tres. El primero es Luis Videgaray, quien estaba muerto, políticamente hablando, hasta hace unos meses. Sin embargo, al nombrarlo secretario de Relaciones Exteriores, Peña Nieto confía en que su manejo de la relación con Estados Unidos lo impulse a la presidencia. El asunto es que el único que cree esto posible es el presidente, nadie más. Basta ver la trapeada que ha dado Donald Trump con nuestro gobierno para entender que no habrá un milagro de aquí a 2018. Vale la pena recordar algo que presidente y secretario han olvidado: ambos recibieron una casa a crédito preferencial de un contratista gubernamental. A pesar de lo que diga Virgilio Andrade, eso es corrupción. Pero México es México, y aun así Videgaray sigue siendo candidateado.
El segundo es Miguel Ángel Osorio Chong, quien hace unos meses empezó a promocionarse a través de Twitter en mensajes con el logotipo de la Secretaría de Gobernación, hasta que el presidente le pidió que le parara. Osorio no tiene el apoyo del presidente pero es el priista mejor posicionado en este momento. Aun así, está en un tercer lugar frente a Morena y el PAN.
Por último tenemos a Manlio Fabio Beltrones, quien en este momento trae perfil bajo. Cuando fue presidente del PRI –hasta la tunda que recibió el partido en las elecciones estatales de 2016– dijo que no tenía interés alguno en ser presidente, pero con Beltrones nunca se sabe. De los políticos más hábiles del país –para qué usa esa habilidad es lo cuestionable, claro está–, Beltrones siempre juega a muchas bandas y no queda claro hasta el final qué es lo que está haciendo. Es posible pero muy difícil que en uno de tantos movimientos logre arrebatar la candidatura presidencial.
En estos momentos las encuestas ponen a los candidatos del PRI en tercer lugar, pero falta mucho tiempo.
El PAN
En el PAN parecía todo cantado hace más de un año cuando Margarita Zavala se destapó, como dicen los políticos. La persona con mayor reconocimiento y mejor evaluada por los ciudadanos dentro del Partido Acción Nacional, Zavala ha publicado varios videos de Youtube en los que dice que el país está listo para una mujer en la presidencia. Cuando vino Donald Trump a México subió otro en el que se mostraba enojada, y así sucesivamente.
No obstante, a pesar de llevar más de un año de precandidata, sus números no suben. Se mantiene igual que cuando inició, lo cual le complica mucho las cosas: se supone que con mayor difusión y mayor conocimiento entre la población sus números deberían moverse y no lo han hecho.
Y, por si fuera poco, Ricardo Anaya, actual presidente del partido, está moviendo a los militantes para quedarse con la candidatura. ¿Cómo? De una manera muy sencilla, la cual pocos han volteado a ver: en enero el PAN renovó consejeros, quienes son los encargados de decidir cómo se elige al candidato presidencial. Anaya logró acomodar a una mayoría de los suyos en los lugares; Rafael Moreno Valle, exgobernador de Puebla y también precandidato, quedó en segundo lugar. Y Zavala en un lejano tercero. Si Anaya consigue lo que busca, serán los consejeros aquellos que decidan quién será el candidato del partido. De suceder esto, Zavala tendría que buscar una candidatura independiente.
Actualmente el PAN se mueve entre primer y segundo lugar en las encuestas con Zavala. Con Anaya está en segundo en la mayoría –aunque cerrada la competencia– y con Moreno Valle cae a un tercer lugar.
MORENA
Aquí hay menos suspenso que en “Cañitas”. El candidato es Andrés Manuel López Obrador, que ha transitado por diversos mensajes durante los últimos 17 años. En su nueva versión, López Obrador promete no perseguir a los gobernantes actuales, pero sí refundar al gobierno para eliminar la corrupción.
Dato interesante: de todos los precandidatos, al día de hoy, es el único que ha presentado propuestas concretas, las cuales llama “Proyecto alternativo de nación” y pueden leerse aquí.
Depende de la encuesta, pero López Obrador está en primer lugar en estos momentos. Pero, como siempre, su peor enemigo es él mismo. Todavía tiene 16 meses para ponerse el pie.
El PRD
El PRD está por implotar. En el gobierno de la así llamada CDMX los subsecretarios le renuncian diario a Miguel Ángel Mancera para irse con López Obrador. A nivel Congreso sucede lo mismo: Miguel Ángel Barbosa, el coordinador del partido en el Senado –sí, el coordinador– dice que va a apoyar al candidato de Morena el próximo año. Eso sí, sin renunciar a su bonito pue$to.
Aunque el PRD está en la lona y sus propios militantes calculan que no obtendrán más de un 7% en la elección presidencial, el partido, al día de hoy, cuenta con tres precandidatos, más los que se sumen en los próximos meses.
El mejor ubicado es, aunque suene a chiste, Miguel Ángel Mancera, quien ni afiliado está. Eso nos dice mucho de cómo están las cosas ahí. Mancera, jefe de Gobierno de la Ciudad de México, fue elegido con votación récord y hoy es reprobado por más de dos tercios de los capitalinos, es la carta fuerte. (Para conocer más sobre por qué esto debería darle pena al PRD, acá publicamos hace unos meses “El desastre de Mancera”.)
En segundo lugar está Graco Ramírez, el gobernador de Morelos. De Ramírez se pueden decir muchas cosas, entre ellas que no ha podido controlar un estado infestado por el narcotráfico. También que tiene a su hijastro como mano derecha. Pero lo más memorable de su administración –que, otra vez, dice mucho del PRD–, es el siguiente tuit:
@BarackObama Felicidades Presidente Trabajemos reforma migratoria y que narcotráfico se trate como problema salud publica.Saludos a Michelle
— Graco Ramírez (@gracoramirez) November 7, 2012
En un muy lejano tercer lugar está Silvano Aureoles, gobernador de Michoacán, que en 17 años de carrera política nunca ha concluido un cargo. Siempre ha pedido licencia para buscar otro mejor.
El PRD está en un cuarto lugar muy lejano; de bajar un poco más estaría incluso en riesgo de perder el registro. Por eso comienzan a hablar de una posible alianza con el PAN: les dan un 5%-6% de votos, evitan que gane López Obrador y a cambio reciben puestos, y, claro, dinero.
Movimiento Ciudadano, Nueva Alianza, Partido Encuentro Social, Partido del Trabajo, Partido Verde
Acá tampoco hay grandes sorpresas. Movimiento Ciudadano puede jugar con el PRD o con Morena, si es que los aceptan. Nueva Alianza y el Verde se van a ir con el PRI, como han hecho en las últimas dos elecciones. El Partido del Trabajo irá con Morena, y Encuentro Social está entre dos opciones: ir con el PRI o lanzar a su propio candidato, que probablemente sea su presidente, Hugo Eric Flores. ¿Quién? Exacto.
Independientes
Al final de la baraja están los independientes, que tienen un camino muy difícil para siquiera lograr el registro en la boleta. Hay muchos, muchísimos, ya en campaña, pero pocos, si no es que ninguno, llegarán a 2018.
Entre ellos:
Jorge Castañeda
El excanciller y excandidato presidencial anunció hace meses que buscaría la presidencia, pero que sólo lo haría en caso de haber un frente unido de independientes. Por lo pronto no parece haberlo. Castañeda aparece muy abajo en las encuestas; en otras ni es mencionado.
Pedro Ferriz de Con
El exconductor de noticieros lleva en campaña mucho tiempo, y aunque tiene gente que votaría por él, sus presentaciones públicas han alejado a todavía más personas. Basta con ver el video en el que se empezó a pelear con un estudiante que le hizo una pregunta, o este espectáculo surreal en el que explica que le puso el cuerno a su esposa y lo perdonó (si tienen seis minutos, gástenlos en eso. Se divertirán, lo prometemos.)
Jaime Rodríguez, “El Bronco”
El actual gobernador de Nuevo León dijo al ser elegido que lo único que le interesaba era que Rodrigo Medina, exgobernador, fuera a dar a la cárcel, y que Nuevo León fuera gobernado de manera correcta. El expriista –militó más de tres décadas en el partido– cambió de idea una vez que asumió la gubernatura, y hace unos días se reunió con el presidente Peña para plantear su interés por competir.
“El Bronco” no está exento de polémica, como cuando dijo que “a las niñas gordas nadie las quiere”. Aun así, es el independiente mejor ubicado, casi con el 10% de intención de voto según las últimas encuestas.
Emilio Álvarez Icaza
El candidato más reciente es el exsecretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Álvarez Icaza es conocido por su labor en esa organización en la investigación de la desaparición de los 43 estudiantes –si su trabajo fue bueno o malo es una gran discusión entre la gente involucrada en el caso–. Antes de eso fue ombudsman de la Ciudad de México. A pesar de ello es un total desconocido en la mayoría del país. Prueba de ello fue el acto inicial de su campaña. Aquí una foto aérea del mitin:
Así la convocatoria de #AhoraONunca con Emilio Álvarez Icaza, decidieron que ese «movimiento» o lo que intente ser será llamado «Ahora» pic.twitter.com/suJd520Pab
— Vivy (@virichmk) February 26, 2017
Uno de los grandes problemas que enfrenta Álvarez Icaza es que no sabe cuántas firmas necesita para llegar a la boleta. Según él son 80,000; según la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales es el 1% del padrón electoral; entiéndase, casí 800,000 firmas. Sólo le falta un cero.
¿Y si sólo quiero que me digan quién va a ser presidente?
Al día de hoy es imposible saberlo. Como decíamos arriba, Andrés Manuel López Obrador va a la cabeza de las encuestas, pero quedan 16 largos meses.
Sea como fuere –y, una vez más repetimos la palabra “lamentablemente”– los políticos mexicanos sólo se ocuparán de acomodarse de aquí a la elección, y, mientras tanto, el país pasará, como siempre a segundo o tercer plano para ellos.
Por: Esteban Illades
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