Por Esteban Illades

Podrán decir que exagero –quizá sólo un poco–, pero ésta es la semana más importante de la última década en Estados Unidos. Más incluso que la primera de noviembre de 2016, cuando Donald Trump fue electo presidente de EEUU.

Esa semana fue, sin duda, un cambio radical no sólo en nuestro vecino del norte, sino a nivel mundial. Fue la confirmación de lo que tentativamente habíamos visto en los últimos años: el mundo viraba hacia la ignorancia como forma de gobierno.

Un merolico con promesas vacías, que con toda sinceridad les dijo que no tenía interés alguno más que en sí mismo. Eso fue lo que eligieron y lo que siguen apoyando.

Estados Unidos elecciones
Foto: REUTERS/Leah Millis

Si la primera semana de noviembre de 2016 fue una de cambio importante, la primera semana de febrero de 2020 será una de confirmación por las tres cosas que sucederán.

 

1. Los resultados de los “caucus” de Iowa

Los “caucus” son asambleas que determinan por quién votará el estado de Iowa en las primarias de los partidos demócrata y republicano. No nos vamos a poner demasiado técnicos porque qué flojera, pero los resultados de los “caucus” son una veleta que señala la dirección que seguirá cada partido. En el caso de los republicanos da igual, porque nadie –bueno, nadie serio– se registró para competir contra Donald Trump. Él será el candidato del partido pase lo que pase.

Los demócratas, por su lado, tienen que decidir a quién van a impulsar frente al presidente de su país. Aún tienen 12 precandidatos, pero la lista se irá haciendo menor en los próximos días. Para eso sirven los “caucus”: quien tenga buenos resultados aquí puede obtener el impulso hacia la nominación. Quien lo haga mal puede caer en una espiral que lo saque de la carrera. 

Por más que Iowa sea un estado rural y de escasa población, su influencia es bastante grande en el proceso.

Demócratas Estados Unidos
Foto: Win McNamee/Getty Images

Al momento de escribir estas líneas, por fallas técnicas en el conteo de los demócratas, no se sabe quién será el ganador de los “caucus”. Sin embargo, todo apunta a que en los primeros lugares terminarán Bernie Sanders y Pete Buttigieg

Iowa puede ser decisivo para Joe Biden, el candidato del “establishment” demócrata. De aquí puede irse viendo si el partido está dispuesto a irse con el candidato moderado o lo reemplaza por otro igual de gris, Buttigieg, puesto que la estructura no está dispuesta a apoyar a Sanders y Warren, a quienes considera demasiado radicales. Pero puede ser el principio de una reconfiguración, lo cual haría de este proceso algo mucho más interesante de lo que en un inicio parecía.

2. El informe de Donald Trump

Hoy, 4 de febrero, Donald Trump se parará frente al congreso de su país y dará el discurso del “State of the Union”, o del estado de la nación, su informe presidencial. Trump utilizará este espacio para atacar a sus oponentes y enfilar su campaña hacia otros cuatro años en la Casa Blanca. El informe es importante por el contexto en el que se da: un día después del inicio del proceso electoral demócrata y un día antes de que se resuelva el juicio político que se lleva a cabo contra él en el Senado. 

estados unidos trump
Foto: Associated Press

El “State of the Union” puede servirle para contrarrestar la influencia mediática de los “caucus”:  mientras más polémico –o abiertamente racista– sea, más oportunidad tiene de opacar a los demócratas en el ciclo noticioso. Y sirve para llevar la atención hacia el juicio político que se celebrará al día siguiente, y que él pinta como una farsa absoluta.

3. El veredicto del impeachment

Será entre miércoles y jueves cuando el Senado en Estados Unidos decida, casi con toda probabilidad, exonerar a Donald Trump de los delitos que se le acusa, en particular chantajear al gobierno de Ucrania para obtener beneficios políticos. En particular: que consiguieran información dañina sobre Joe Biden, que en ese entonces parecía el rival más fuerte de Trump. A cambio de conseguirla, su gobierno les daría millones de dólares en fondos de asistencia.

No obstante la evidencia y los testimonios de los involucrados –que el Senado no aceptó porque lo controlan los republicanos y si algo quieren es quedarse con el poder–, el veredicto saldrá a favor de Trump. El presidente de Estados Unidos, quien ha admitido en público en más de una ocasión que hizo lo que hizo, saldrá sin rasguños porque los republicanos ya se ataron a él: son tan cobardes y tan ambiciosos que prefieren destruir la poca integridad que les queda con tal de que Trump sea reelecto y ellos mantengan el control en el Senado, así signifique dinamitar su democracia. Los tiempos en los que representaban a los ciudadanos ya terminaron hace mucho; hoy sólo se representan a sí mismos.

Foto: Getty Images

¿Pero entonces por qué es importante el veredicto del “impeachment”? Porque demostrará lo que Estados Unidos teme más: que su sistema de “checks and balances”, o pesos y contrapesos, está dañado de manera casi irreparable. Porque el Senado, órgano que supuestamente puede controlar los excesos del presidente, ya no quiere hacerlo. Así, con una mayoría simple, los republicanos pueden permitir que su presidente cometa delitos con toda confianza, a sabiendas de que no habrá castigo. Es un precedente importante y terrorífico que puede dar pie a que un presidente peor que el actual haga cosas aún más terribles y se lo permitan.

Y si la democracia moderna que más tiempo lleva de existir de manera ininterrumpida enfrenta estos problemas, quiere decir que el mundo entero enfrenta un cambio importante, un cambio de época. Incluso un cambio estructural. Para mal, así parece, y por ello esta semana es importante, pues puede refrendar ese sentimiento –que se basa en la evidencia reciente–, de que el mundo avanza hacia un período por demás oscuro.

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Esteban Illades

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