Si alguna vez se han preguntado por qué el gobierno se gasta tantos millones en hacerse publicidad, en lugar de destinar los recursos para obras o programas públicos… pues aquí está la respuesta.
El incomprendido presidente Enrique Peña Nieto, le ha echado ganitas en su administración –según él y sus cuates- pero los mexicanos tenemos mucha amnesia y se nos olvidan todos los evidentes beneficios, alegrías y satisfacciones que el copetón nos ha otorgado. Pero si el olvido es la enfermedad, el Ejecutivo será la medicina y ya amenazó que para que no dejemos de agradecerle por las reformas estructurales que nos hizo el favor de proponer…
“Este mismo año he señalado [aspectos de las reformas] y lo seguiré haciendo para que no se olvide y se tenga muy presente, porque luego las buenas cosas se olvidan fácilmente”.
Pues no sólo las cosas buenas, también las malas… ¿o cómo explicar que tantos políticos corruptos destapados sigan postulándose y ganando puestos de elección popular?… pero ése es otro asunto.
Las lamentaciones presidenciales tuvieron lugar en el Estado de México, entidad donde es bien acogido y donde inauguró la Universidad Politécnica de Atlacomulco, además de recordarnos que ahí se pretende realizar con “una inversión sin precedentes” 4 mil 600 obras: autopistas, ampliación de carreteras, caminos rurales, etcétera… aplausos.
Acompañado del gobernador local, Eruviel Ávila, y los titulares de las secretarías de Educación Pública y Comunicaciones y Transportes –Emilio Chuayffet y Gerardo Ruiz, respectivamente-, EPN también aseguró “quien tiene un título universitario puede tener acceso a un empleo mejor pagado”… esto para echarle porras al programa Prospera, con el cual los beneficiarios tienen acceso a educación superior….
Lo anterior desmiente estudios que han hecho asociaciones como la Anuies, la cual reconoce que más del 40% de los universitarios tienen dificultades para, una vez terminada su formación académica, desenvolverse en el campo laboral.
Pero ellos qué saben, si lo que cuenta es que se tenga confianza en que “las acciones decididas y que tienen un impacto, cambian el destino de la vida de cada uno de los habitantes, de cada ciudadano, y lo cambian para bien”… nunca para mal. Ellos no se atreverían.
