El pasado 26 de enero el presidente Enrique Peña Nieto anunció la cancelación del encuentro que sostendría con el mandatario de Estados Unidos, Donald Trump. A través de su cuenta de Twitter, EPN comunicó que no asistiría la reunión de trabajo programada para este martes 31 de enero, aunque su administración seguía abierta a trabajar junto a los estadounidenses “para lograr acuerdos en favor” de ambas naciones.
El posicionamiento del presidente Peña Nieto llegó un día después de que el magnate firmara la orden ejecutiva para construir el muro fronterizo, mientras una delegación de funcionarios mexicanos se reunía con integrantes del gabinete del magnate neoyorkino, y unas cuantas horas después de que Trump amenazara con cancelar la cita si México se mostraba reticente a pagar por la obra.
Esta mañana hemos informado a la Casa Blanca que no asistiré a la reunión de trabajo programada para el próximo martes con el @POTUS.
— Enrique Peña Nieto (@EPN) 26 de enero de 2017
of jobs and companies lost. If Mexico is unwilling to pay for the badly needed wall, then it would be better to cancel the upcoming meeting.
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 26 de enero de 2017
El canciller Luis Videgaray expuso públicamente el pasado 30 de enero que las negociaciones que sostuvo, acompañado del titular de la Secretaría de Economía, Ildefonso Guajardo, con el gabinete de Donald Trump fueron “buenas” y que no fueron maltratados. El secretario de Relaciones Exteriores (SRE) dijo que la llamada telefónica que sostuvieron ambos mandatarios el pasado 26 de enero, después de la cancelación, fue idea de ambos equipos y que “no es mala señal” la modificación del discurso del gabinete estadounidense respecto a la forma de pagar el muro.
El periodista Raymundo Riva Palacio, columnista de El Financiero, recabó información que tira por tierra varias de las explicaciones que las autoridades mexicanas han dado con respecto a las tensas relaciones bilaterales y llena los huecos de la verdad histórica en la cuasivisita del presidente Peña Nieto a Estados Unidos. En su texto titulado 48 horas de insultos, el periodista retrata las amenazas, las presiones y el trato deleznable que sufrió la delegación mexicana durante su visita a la Casa Blanca.
Contra la verdad histórica
Riva Palacio tuvo acceso a un documento realizado por el canciller Videgaray y entregado a legisladores de todos los partidos en Los Pinos el viernes pasado. De acuerdo con lo relatado por el titular de la SRE, “había mucha presión y hostilidad (…) había mucha agresión, casi al insulto” y en algún momento el equipo mexicano estuvo a punto de levantarse de la mesa ante la actitud de los interlocutores, aunque desistió porque “millones de trabajos en México y Estados Unidos estaban en juego”.
El choque se dio, apunta el columnista, debido a la insistencia del empresario estadounidense de que México tenía que pagar por el muro fronterizo. Aunque no se confirmó de manera oficial, en el equipo de negociación del presidente Trump se encontraban Jared Kushner, su yerno y asesor, Reince Priebus, jefe de gabinete, Michael Flynn, consejero de Seguridad Nacional, y Steve Bannon, estratega en jefe presidencial y quien desarrolló el plan electoral antimexicano del magnate, señala Riva Palacio.
Aunque la prioridad era negociar la agenda para el encuentro entre ambos presidentes, la discusión pasó a centrarse en el muro y las maneras en las cuales México lo pagaría. En la Casa Blanca le mostraron a Videgaray y compañía diversas opciones en las que nuestro país pagaría por el muro fronterizo, entre las que se encontraba el imponer tarifas de 20% a las importaciones mexicanas.
De acuerdo con la investigación de Riva Palacio, desde el miércoles 25 de enero, cuando se inició el diálogo entre ambas delegaciones, el presidente Peña Nieto consideraba cancelar su reunión de trabajo con Donald Trump. EPN no dio marcha atrás al encuentro, toda vez que el presidente de Estados Unidos decidió no mencionar que México pagaría por el muro cuando anuncio su construcción, una propuesta que el canciller Videgaray acordó con Jared Kushner.
No mencionar a México en su discurso se entendió, desde la cúpula, como una moderación en el tono de Trump, apunta el columnista. El equipo de Peña Nieto pensó que el presidente ya le había bajado de espuma a su chocolate cuando se despertaron con un tuit en el que el magnate amenazaba con cancelar la reunión si los mexicanos no pagaban la construcción del muro. El presidente Peña Nieto respondió de manera tardía a este mensaje cancelando una visita en la cual la última palabra la tuvo el mandatario estadounidense.
Para tratar de calmar los ánimos, Kushner y Videgaray programaron la famosa llamada telefónica que sostuvieron Peña Nieto y Trump el pasado viernes 27 de enero. En este diálogo, de acuerdo con la versión ofrecida por Los Pinos, hablaron sobre el déficit comercial de Estados Unidos con México, la importancia de la amistad entre nuestras naciones y la necesidad de ambos países trabajen en conjunto para detener el tráfico de drogas y el flujo ilegal de armas.
El periodista relata que en la reunión del pasado viernes 27 de enero, el presidente Peña Nieto le confesó a los legisladores que “estamos en una encrucijada” y que las relaciones con Estados Unidos están en un “punto muy delicado”, pero que no podían romper con los estadounidenses porque las consecuencias serían “impredecibles”.