Al grito de “¡Peña, amigo, el PRI está contigo!” y “¡presidente, presidente!”, Enrique Peña Nieto ofreció el discurso estelar durante la ceremonia del octogésimo octavo aniversario del Partido Revolucionario Institucional el pasado sábado 6 de marzo. “Hoy nuevamente hay riesgos de retroceso (…) al igual que hace seis años, están resurgiendo las amenazas que representan la parálisis de la derecha o el salto al vacío de la izquierda demagógica. No olvidemos el estancamiento del que veníamos ni el riesgo real de perder lo que hemos logrado construir como país en las últimas décadas”, expuso el presidente haciendo referencia directa a las aspiraciones presidenciales del PAN y Andrés Manuel López Obrador.

El presidente Peña Nieto se quitó por un momento de los lugares comunes, el lenguaje formal y burocrático y dio por arrancada la contienda electoral rumbo a 2018 con un ataque a los competidores de su partido, como olvidándose de la crisis de su mandato. Entre otras joyas, EPN declaró que la oposición “no está lista para gobernar” y que un triunfo del PRI en las elecciones presidenciales garantizaría modernidad y desarrollo (la vieja confiable). “Siempre encontramos el camino para la victoria”, había sentenciado momentos antes Enrique Ochoa Reza, dirigente nacional del partido. Y es que la situación económica, de seguridad y de crispación social del país parece no importar. ¿Autocrítica? ¿con qué se come? Es más fácil echarle la culpa a los demás.

En la ceremonia el presidente Peña Nieto fue recibido, aplaudido y vitoreado por militantes priistas, trece gobernadores de extracción jurásica y cuatro aspirantes a serlo. No se habló de los críticos niveles de violencia e inseguridad en México ni de todos los demás males que aquejan a nuestra población. La línea menos autocomplaciente del jolgorio fue “entendemos que la popularidad es efímera”, un reconocimiento tibio a la marcada tendencia de desaprobación que vive la figura del mandatario (86% de la ciudadanía desaprueba su gestión).

La polémica sobre el discurso de Peña Nieto

El presidente Peña Nieto, indica el columnista Raymundo Riva Palacio, criticó las gestiones de los panistas Vicente Fox y Felipe Calderón Hinojosa. Señaló que durante lo que va de su sexenio, a diferencia del de aquellos que vinieron a sacar “tepocatas, alimañas y víboras prietas” de Los Pinos, se han impulsado “las grandes transformaciones del país” (reformas estructurales), sin reparar en los costos que estos cambios implicaban. Aunque una de las principales críticas de EPN a las administraciones del PAN fue que el crecimiento económico fue nulo, la gestión del presidente Peña Nieto no canta mal las rancheras y apunta a empeorar hacia el rumbo de su mandato.

“Peña Nieto dividió su discurso en tres puntos centrales. Dos de ellos son la identificación de sus adversarios, y el tercero en donde asegura que no está pactando, ni lo hará, una derrota (…) Lo que dejó de manifiesto, que confirma toda la información que trasciende del Olimpo presidencial, es que sí cree que el PRI pueda ganar, como aseguró el sábado, las elecciones de 2017 y 2018”, escribió Riva Palacio, infiriendo que el mandatario no ha cedido en sus aspiraciones para que el PRI se mantenga en el poder, a diferencia de lo que otras versiones periodísticas han señalado como el Pacto de Los Pinos.

Después de todo, “siempre encontramos el camino para la victoria”, ¿no?

“La oposición sigue sin estar lista para ser gobierno; sin distinción de colores exhibieron su oportunismo político demandando subsidiar la gasolina, con ello evidenciaron su total desconocimiento de las finanzas públicas del país, su falta de visión de Estado o simple y llanamente que están dispuestos a sacrificar la estabilidad económica del país para ganarse un aplauso fácil”, dijo el presidente Peña Nieto sobre el papel de los partidos de oposición (**cof cof Morena cof cof**). Julio Hernández ‘Astillero’, columnista de La Jornada, consideró que esa parte del polémico discurso de EPN, cuyas descalificaciones calificó como “cavernarias”, va en contra de las nociones básicas de la democracia, reduce el papel de la oposición en un sistema como el nuestro y minimiza expresiones sociales como el hartazgo a raíz del gasolinazo.

Pero no importa. Ni el hartazgo ni la violencia ni la inseguridad ni los errores cometidos durante esta administración. Al final de la historia “siempre encontramos el camino para la victoria”.

FOTOS: NOTIMEX

Todo lo que no sabías que necesitas saber lo encuentras en Sopitas.com

Comentarios