¿La excusa? Transferir el conocimiento tecnológico de la empresa para crear capacidad constructora de buques especializados en México.
Pemex suscribió una carta de intención con el astillero gallego HJB, la mayor factoría naval privada de Galicia, y sus tres accionistas para adquirir 51% de las acciones de la empresa e invertir (con la participación de los otros accionistas) 10 millones de euros (poco más de 162 millones de pesos).
Los conocimientos aprendidos del astillero servirían para construir nuevos buques para la paraestatal mexicana y para poder renovar su flota, la cual es muy variada pero ya es algo arcaica.
«El aporte de capital de Pemex irá acompañado de un aporte por parte de los accionistas de HJB y con ello se fortalecerá la estructura financiera del astillero español. HJB está saliendo exitosamente de un proceso de concurso mercantil y se espera que en pocas semanas reinicie sus operaciones»
Esto está sucediendo para un momento muy delicado en el que la empresa gallega estaba atravesando por problemas económicos, además, lleva dos años con la producción paralizada. No obstante, Pemex (como se vio en la cita anterior) espera que el astillero inicie operaciones en pocas semanas.
Pero no olvidemos que Pemex ya tenía intereses en Galicia en la administración pasada, pues se había corrido la noticia del plan de construcción en Galicia de dos hoteles flotantes (floteles) (me pregunto qué clase de conocimientos quiere sacar la paraestatal de tal inversión, probablemente conocimientos hoteleros ¿no?).
Pero todo había quedado en puntos suspensivos después del término del periodo presidencial de Calderón. Ahora, Pemex podría decidir con total autonomía la construcción de los floteles.
Por su lado, el presidente de HJB, José García Costas, expresó que la alianza fortalecería a la empresa y a la industria naval en general. Considera la alianza con Pemex como un punto estratégico que podría beneficiar la productividad y el desarrollo de amabas empresas.