Como es usual, Carlos Romero Deschamps, dirigente del Sindicato de Trabajadores de la República Mexicana (STPRM) está en el ojo del huracán. En esta historia se trata de la remodelación de un deportivo que lleva su nombre —ubicado en Cadereyta, Nuevo León— y que le ha costado al sindicato de Pemex el gasto de 25.6 millones de pesos. ¿Qué pasó?

No se trató de una simple remodelación. De acuerdo con Reforma, las obras realizadas en las instalaciones recreativas de la Sección 49 del STPRM necesitaron la inyección de 418 mil pesos adicionales, por rollo de supervisión.

Deportivo del Sindicato de Pemex Carlos Romero Deschamps, en Nuevo León. Foto: Reforma.

Además, en cuestiones de transparencia este caso no es para nada un ejemplo. ¿Por qué? Se supone que hubo prebendas que se mantuvieron reservadas y que incluían “ayudas” por más de 29 millones de pesos mensuales para impulsar la “capacitación” a los trabajadores, conmemorar aniversarios, armar las asambleas y otras “obras sociales”.

¿A dónde se fueron los recursos?

Reforma señaló que el dinero para cubrir estas obras se pagó a la compañía Desarrollo Inmobiliario Habitacional. Y la revisión de los trabajos corrió a cargo de Addendum S.C. En este pacto de beneficios sin transparencia, el gobierno de EPN dio el visto bueno al sindicato, antes de que terminara su sexenio.

Romero Deschamps y la UIF

En otro caso, ahora en los terrenos de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), Carlos Romero Deschamps y sus familiares —su esposa, tres de sus hijos, su nuera y hasta la hijastra de una de sus hijas— están en la mira de las autoridades por los delitos de lavado de dinero y enriquecimiento ilícito, hechos por la Fiscalía General de la República (FGR).

Foto: Cuartoscuro.

Sin embargo, ha trascendido que un juez federal del Estado de México suspendió de manera provisional cualquier orden de aprehensión librada en contra del priista y líder sindical.

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