Desde que la pandemia de COVID-19 llegó a México a finales de febrero de este año, toda nuestra realidad y rutinas se vieron afectadas. Llevamos meses en casa, sin poder salir más que a asuntos esenciales y como bien dicen ya parecemos leones enjaulados.
Los resultados de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) presentada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) a septiembre de 2020 muestran que los pleitos entre vecinos aumentaron en el contexto de la pandemia.
Resulta que en marzo de 2020 el 67.2% de la población mayor de 18 años reconoció haber tenido conflictos con sus vecinos, pero para septiembre de este mismo año el porcentaje subió hasta 75.7%.
Como podemos observar en esta gráfica del INEGI, en comparación del primer trimestre de 2020 (el inicio de la pandemia) los conflictos con desconocidos en la calle disminuyeron ligeramente, así como los enfrentamientos con autoridades y con compañeros de trabajo o en la escuela.
Percepción de inseguridad en el contexto de la pandemia
Otro de los datos interesantes que revela esta encuesta es que durante el periodo de confinamiento y baja movilidad por la pandemia, la percepción de inseguridad disminuyó.
Resulta que en septiembre el 67.8% de la población de 19 años y más consideró que vivir en su ciudad es inseguro, este porcentaje es el menor registrado en 5 años. El pico más alto de percepción de inseguridad en México se registró en marzo de 2020 pero el más alto registrado desde 2013 ocurrió en marzo de 2018 con un 76.8%.
Solo en una ciudad incrementó la percepción de inseguridad. Se trata de Piedras Negras, en Coahuila. Las ciudades con mayor porcentaje de personas que consideraron que vivir ahí es peligroso fueron Ecatepec, Fresnillo y Coatzacoalcos, en ese orden.
Del otro lado las que registraron una menor percepción de inseguridad fueron San Pedro Garza García, La Paz y Mérida.
Finalmente la gente se siente más insegura en un cajero automático en la calle, en el transporte público, banco y las calles que habitualmente usa.