Al iniciar la actual administración, Marcelo Ebrard nos prometió a todas las mujeres mexicanas adoptar una política exterior feminista, siendo el primer país en América Latina en hacerlo. Aseguró una agenda hacia el exterior donde se prioriza la eliminación de desigualdades estructurales, la erradicación de la discriminación, un equipo paritario, el enfoque de género y “un espacio laboral sin acoso ni violencia por motivos de género”.
Sin embargo, esta semana nos dimos cuenta que su discurso feminista queda en sólo eso, un discurso.
El nombramiento de Pedro Agustín Salmerón Sangines, un acosador múltiple, como Embajador de Panamá nos muestra una vez más que a la 4T no le importamos las mujeres.
En 2019, impulsadas por la ola y el cobijo del movimiento #MeToo, decenas de mujeres, entre ellas estudiantes del ITAM, de la UNAM y militantes de MORENA, alzaron la voz para denunciar públicamente el acoso cometido por el profesor Salmerón. Dentro del ITAM hubo denuncias formales en las cuales se le declaró culpable por “un patrón de conducta que lleva a situaciones reiteradas de acoso sexual, violencia de género y hostigamiento sexual”.
Cuando recién iniciaba la investigación, Salmerón decidió renunciar a medio semestre y sin explicación alguna.
A partir de su salida repentina del ITAM, solamente ha sido premiado con distintos puestos —uno siempre mejor que el anterior—, aún sin contar con las credenciales necesarias para ocuparlos, como sucede en el caso de Embajador de México ante Panamá. Salmerón no cuenta ni con la formación ni con la experiencia para ocupar el más alto rango dentro de la carrera diplomática, para el cual servidores y servidoras del servicio exterior se preparan durante décadas.
Los diplomáticos, según la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, gozarán de total inmunidad al momento de ejercer sus funciones.
El artículo 29 dice que “la persona del agente diplomático es inviolable. No puede ser objeto de ninguna forma de detención o arresto”. Eso significa que si Salmerón llega a Panamá, tendrá total libertad de acosar a todas las mujeres que se le presenten, sin tener ninguna consecuencia.
Todavía quedan algunos pasos que podemos dar para que este nombramiento no se haga realidad. Primero, solicitamos al presidente, Andrés Manuel López Obrador, que reconsideré y revoque tal nombramiento, debido a que éste todavía no es entregado al Senado, que empieza funciones el primero de febrero. En caso de no hacerlo, exigimos a las y los senadores que voten a favor de todas las mujeres para evitar su ratificación. Los legisladores nos representan y les pedimos que actúen como lo que son, representantes populares.
Por último, el gobierno de Panamá puede rechazar a Salmerón al nombrarlo persona non grata o al no entregar el plácet. Consideramos que el país centroamericano merece una mejor representación mexicana.
Salmerón es un símbolo para todas las mujeres que hemos sido abusadas, acosadas o violentadas por el hecho de ser mujeres. Es un símbolo de todos los maestros, directores, jefes y académicos que abusan de su posición de poder para aprovecharse de aquellas a su alrededor. Es por eso que hoy, varias mujeres de distintos frentes nos encontramos unidas en el movimiento #UnAcosadorNoDebeSerEmbajador y vamos a hacer todo lo que esté en nuestras posibilidades para evitar este nombramiento.
Vamos a luchar por un país menos machista y feminicida; por un país donde se castigue a los acosadores, en vez de premiarlos con embajadas y puestos políticos; y por un país con una verdadera política exterior feminista.