Pues, ¿qué creen? Con la novedad de que la crisis política en Perú ha viajado más de 4 mil kilómetros al norte. El caos originado en Lima, podría tener también implicaciones en México. Resulta que Pedro Castillo, el polémico presidente —¿expresidente?— del país andino solicitó oficialmente asilo en estos lares.
Si se lo dan —damos— o no se lo dan —damos—, eso sigue estando en el aire.
Bien dicen que si el río suena, los rumores terminaron siendo reales pues justo cuando la cosa en Perú se puso tremenda, la política mundial volteaba a la Embajada de México donde se decía que el presidente Pedro Castillo buscaría refugio.
La solicitud de asilo de Castillo en México
El canciller Marcelo Ebrard confirmó que Pedro Castillo solicitó —durante la madrugada, pa’ hacerlo todavía más hollywoodense— asilo a la Embajada de México. En una pequeña carta escrita por su abogado, dice que busca librarse de una “persecución infundada”.
La carta va dirigida personalmente a AMLO, presidente de México.
“En mérito de los últimos sucesos políticos acontecidos en este país que son de su conocimiento, solicito se sirva considerar otorgar asilo al ciudadano Pedro José Castillo Terrones”, dice la carta en la que el presidente de Perú pide resguardo a México.
Entre los motivos de esta petición, comentan que Castillo estaba en riesgo y que lo acusan solo por pensar diferente “al grupo oligárquico”. “Esos órganos han creado un clima de indefensión extrema y de persecución puramente política de todo aquel que piensa diferente al grupo oligárquico”, señalaba. Acá abajo les dejamos la carta completa, por si le quieren echar un ojo:
Marcelo Ebrard confirmó que al recibir esta carta, el Embajador de México fue a reunirse con Castillo en la cárcel para empezar a investigar la situación.
La situación que, por supuesto, pinta complicada para Perú.
Esta polémica detrás de Castillo se ha puesto bárbara. El presidente de Perú amenazó con disolver el Congreso y meter a su país en un Estado de Excepción, al mismo tiempo que los parlamentarios —con algunos argumentos extraños— lo quitaban de la silla presidencial.
Ahora se encuentra detenido, acusado de traición y enfrentándose a 20 años de cárcel. De cajón, Castillo está —en estos momentos– recibiendo una orden de arresto de siete días porque fue detenido en flagrancia.