En Indonesia, un pederasta identificado solamente como Roni, recibió la sentencia de recibir 169 azotes con un bastón de ratán, una especie de látigo. Sí, este hombre recibió este castigo por abusar sexualmente de menores de edad en este país asiático.
Sin embargo, cuando el guardia encargado de ejecutar la sentencia llegó al golpe número 52, el pederasta cayó al suelo y los médicos forenses que estaban en el lugar, señalaron que el hombre no podía terminar con la sentencia que se le había asignado.
¿Qué ocurrió después?
Tras este anuncio del personal médico, se decidió que el sujeto regresara a su celda, le curaran las heridas y lo pusieran a descansar para que se recuperara.
Aunque, las autoridades de Banda Aceh, en Indonesia, también declararon que esto no evitará que se continúe con el castigo, por lo que se reprogramará la sentencia para que el pederasta reciba los demás latigazos.
Ven un riesgo en que se cumpla su sentencia
Roni lleva seis meses en prisión, esperando a recibir los golpes a los que fue sentenciado. No obstante, durante este tiempo los médicos se dieron cuenta que el sujeto tiene varias ampollas en el lado derecho de la espalda. Sí, creen que podría estar sufriendo un estallido en los vasos sanguíneos, lo que significaría que no podría controlar su sangrado.
Al respecto, un médico que revisó al pederasta declaró a IDN Times: “Es mejor posponerlo hasta que la recuperación sea buena y el convicto pueda ser castigado nuevamente”.
¿Cuál es la situación de Indonesia?
Banda Aceh, es una de las ciudades más conservadoras de Indonesia y basa sus acciones judiciales en la Sharia; un conjunto de reglas que forman parte del Islam, las cuales permiten penas severas como la lapidación, los azotes y hasta la amputación de manos.
*Con información de IDN Times