¿Qué tan grande tiene que ser un problema, para impedirte ser feliz y realizarte como persona?
Cada quien tendrá su respuesta muy personal a esta pregunta, sin embargo, son muchos quienes usan cualquier piedrita en el camino como pretexto para estancarse en la vida. Son estas personas quienes deberían tomar a Paul Smith como ejemplo de vida.
Este hombre nació un 21 de septiembre de 1921 en Filadelfia, y desde temprana edad sufrió una severa parálisis cerebral espástica y la pérdida del control motor de los movimientos finos de la cara y manos, viéndose impedido para asistir a la escuela y realizar funciones básicas como comer, vestirse o asearse.
Fue también en sus primeros años cuando se acercó a una máquina de escribir y comenzó a usarla. En poco tiempo se adaptó a sostenerla con una mano y con la otra presionar las teclas deseadas, así descubrió que podía elaborar imágenes con este instrumento y desde los 15 años comenzó a crear dibujos artísticos.
Al paso de los años fue perfeccionando su técnica, hasta el grado de elaborar paisajes, rostros y escenas llenas de complejidad.
Aunque se le trasladó a un centro de retiro en 1967, él continuó con su labor artística hasta el 2004, cuando sus cataratas empeoraron y ya no pudo “pintar” con su máquina de escribir.
Falleció un 25 de junio de 2007, pero nos dejó sus obras y una historia de tenacidad y lucha que todos deberíamos copiar:
Les compartimos esta historia para que no se quede en el olvido y porque pensamos que todos tenemos algo que aprender de la vida del buen Paul Smith.