El oso polar, un mamífero que admiramos por su belleza y tememos por su ferocidad. Al ser testigo de su dominio sobre su hábitat, nos parece un animal invencible, el rey indomable sobre la nieve, pero esta percepción oculta una tenebrosa realidad. La nuestra puede ser una de las últimas generaciones que puede ver un oso polar con vida. Los científicos estiman que la especie podría extinguirse en 50 años, no por la caza ilegal, sino por la destrucción gradual de su hábitat.
Mientras el hielo del círculo Ártico se siga derritiendo, los osos tienen que nadar distancias cada vez más lejanas para encontrar refugio sobre un iceberg y buscar comida. Se calcula que la ligera capa de hielo que cubre el Ártico puede convertirse en lago de agua dulce más grande del mundo para el verano de 2020. La razón: Los efectos de gases de invernadero que aceleran el calentamiento global, consecuencia de nuestra necesidad sin mesura de combustibles fósiles y la deforestación sin fin.
La conservación es un tema que suele ser tomado a la ligera por la sociedad. En la agenda política, la protección del medio ambiente es un asunto incómodo y de baja prioridad ya que suele ser un obstáculo en el camino de los intereses empresariales. Cuando se trata de la explotación de recursos naturales, la oferta de empleos, y la marcha del progreso industrial, la vida de unos cuantos animales en peligro de extinción no parece tener valor alguno.
Pero las consecuencias derivadas de la erradicación de una especie suelen tener efectos profundos sobre el ecosistema a largo plazo. Cada organismo en el medio ambiente cumple una función vital en el frágil equilibrio del orden natural. Con cada especie que perdemos (y perdemos MILES cada año), se borra un eslabón en la cadena alimenticia, desatando un caos sobre las demás formas de vida.
Paul Nicklen es uno de los fotógrafos de conservación más reconocidos en el mundo. Laureado con el premio Wildlife Photographer of the Year en 2012 -entre muchos otros reconocimientos- el fotógrafo de National Geographic ha sido más que un simple testigo de la destrucción de los ecosistemas.
Sus imágenes han circulado en distintos medios del mundo con el fin de denunciar los efectos de las actividades humanas sobre la vida salvaje, y generar conciencia sobre las maravillas que todavía perduran en la naturaleza, muchas de las cuales son ignoradas por la sociedad. Si tan solo la gente estuviera más informada sobre los peligros que enfrentan las especies con las que compartimos el planeta, se podrían adoptar medidas más estrictas con el propósito de asegurar su supervivencia.
La técnica de Nicklen es muy sencilla. El activista cree en el poder que tiene la fotografía para contar historias. Una imagen de tres osos polares en el Ártico o de varios pingüinos emperador en el Polo opuesto nos pueden transmitir la urgencia de proteger el hábitat de estas especies que tratan de seguir sus vidas a pesar de la proliferación de pozos petroleros, la expansión de la infraestructura, o los efectos de gases de invernadero.
Nicklen nos dice que la narrativa visual es una herramienta que crea un vínculo emocional entre el sujeto en la fotografía y el espectador. No se trata de una manipulación de emociones o de jugar con nuestros sentimientos de culpa, sino de despertar la conciencia que caracteriza al ser humano. Solo si estamos enterados de los hechos podemos reaccionar de acuerdo a las necesidades.
Paul Nicklen actualmente es jefe del jurado en Por el Planeta, el concurso internacional de fotografía de conservación con la bolsa de premios más grande en todo el mundo. La competencia cuenta con el apoyo de National Geographic, Televisa, y tres dependencias del gobierno federal mexicano: Turismo, Medio Ambiente, y Conaculta.
La competencia está abierta tanto a fotógrafos amateurs como profesionales, pueden participar en una de las 10 categorías disponibles y competir por cualquiera de los 22 reconocimientos, de los cuales se otorgará 100 mil dólares al primer premio por la mejor fotografía. Menores de 18 años también están invitados a participar en sus propias divisiones.
El registro vence justo hoy, un minuto antes de la medianoche, pero por si no te has inscrito, estás bienvenido a participar con imágenes que tengan hasta 5 años de antigüedad. En el proceso de registro se te pedirá que cubras una cuota de inscripción de $15 dólares (o $5 dólares para menores); Por el Planeta asegura que el dinero recaudado servirá para apoyar las iniciativas de conservación de National Geographic, así puedes ayudar al medio ambiente en más de una manera.
¡No dejes pasar esta oportunidad! Son 300 mil dólares en premios y una opción creativa e innovadora para invitar a la gente a generar conciencia y proteger a la naturaleza.
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FOTOS: Paul Nicklen.