La noche del martes, los Nets de Brooklyn tuvieron una actuación destacada frente a los 76ers de Philadelphia al vencerlos 130-94 pero algo que robó las cámaras no sucedió específicamente dentro de la duela.
Cuando los animadores del partido se disponían a regalar obsequios a los asistentes al Barclays Center, un aficionado bastante especial hizo su aparición entre la muchedumbre. Sir Paul McCartney estaba ahí, levantando los brazos como cualquier niño habido de ganar un premio pero cuando éste estaba a punto de llegar a sus manos, alguien más vivo se lo ganó.
En la mente del exintegrante de los Beatles siempre estuvo ese premio, el cual parecía una playera: “Es mía, es mía” se repetía todo el tiempo el cantante pero no contó con la astucia de su compañero. ¡Suerte para la próxima, Paul!