La lucha ya tiene tiempo —no uno, ni dos, 10 o 100 años— y en el proceso se han conquistado derechos que hoy nos parecen inherentes (esenciales) como votar. Sin embargo, los pasos que el feminismo ha dado en este camino, trazado desde hace siglos, continúan ante un objetivo que lo engloba todo: cambiar el sistema que perpetúa la subordinación de las mujeres y se mueve mediante un pacto imaginario, el pacto patriarcal.

En nuestro país, desde febrero de 2021, escuchamos decenas de voces que pidieron al presidente romper con este pacto, derivado de su apoyo a la candidatura de Félix Salgado Macedonio —quien tenía al menos cinco denuncias por violación y abuso sexual— a la gubernatura de Guerrero.

Foto: @ffrpuebla.

Vimos cómo se convirtió en tendencia el hashtag #PresidenteRompaElPacto, que medios hablaran de esta exigencia y también distintas escuchamos a las voces que se sumaron a esta conversación.

Sin embargo, ¿qué hay alrededor del pacto patriarcal?, ¿por qué ha cobrado mayor fuerza la exigencia de esta ruptura?, ¿por qué no sólo AMLO debe romper con este pacto?, ¿qué tiene que ver con nosotros y nosotras el movimiento feminista?

Un poco para entender por qué estas voces no sólo impactan en AMLO, sino en toda la esfera política y social, nos pusimos a escribir este texto, que aunque es algo extenso, cuenta con una buena reflexión guiada por la doctora Amneris Chaparro, investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG) de la UNAM.

El patriarcado

“Es una estructura social en donde los hombres y las mujeres son acomodados de acuerdo a percepciones y prácticas que los ubican en una situación de desigualdad“.

Amneris Chaparro nos explicó que a esta estructura social la podemos pensar como un edificio con sus respectivos cimientos y estos son la base de nuestras relaciones sociales o interacciones, construidas a partir de ideas específicas sobre qué significa ser hombre y mujer.

Monterrey (agosto 2020). Foto: Getty Images.

Este significado va a variar en las sociedades, pero —ojo aquí— lo que no va a variar es la relación de poder ya establecida desde los cimientos de ese edifico (la estructura social) y que implica ver a lo masculino “en una posición de superioridad y de prestigio con respecto a aquello que consideramos lo femenino, que al contrario, está en una posición de subordinación y desprestigio”.

Es decir, el patriarcado es una estructura que coloca a hombres y mujeres en espacios distintos, con funciones distintas, lo establece como una regla natural, que hasta se considera inmutable porque funciona, pero ¿para beneficio de quiénes? y ¿cómo?

El pacto patriarcal

Cuando hablamos de pacto patriarcal, hablamos de un acuerdo implícito entre hombres, sin importar la clase social o el origen étnico de ellos.

Se trata “de un pacto implícito interclasista que lo que hace es acomodar a esos hombres en posiciones de poder que se entienden como derechos cuando en realidad son privilegios”, citó la investigadora del CIEG a la filósofa española Celia Amorós.

Foto: Alicia Vera-Getty Images.

Ese pacto implícito —que ya está dado— se suele expresar en acciones como desestimar la denuncia de una mujer o hasta llegar a cuestionarla por el delito del que fue víctima.

¿Por qué es importante romper el pacto patriarcal en México?

“Cuando pedimos que cualquier varón rompa el pacto, lo que estamos pidiendo es que se dé cuenta de que esos derechos realmente son privilegios, que se ha beneficiado de un sistema para que avancen los hombres mediante el retroceso y la subordinación de las mujeres”.

En este punto, expuesto por Amneris Chaparro, alguien puede llegar a pensar: “¿Cómo? Si las condiciones laborales son iguales para todos, si todos tenemos la oportunidad de ir a la escuela, de luchar por nuestros derechos”.

Pero lo cierto es que no es así. Y en México hay ejemplos por doquier como la brecha salarial. ¿Por qué un hombre gana más que una mujer?

Monterrey (agosto 2020). Foto: Getty Images.

En nuestro país, las mujeres perciben 15% menos de salario que los hombres. Y mucho tiene que ver con el acceso a la educación y el derecho a vivir una vida sin violencia.

Lo mismo sucede con la lucha de las mujeres por sus derechos: desde la sociedad civil hasta el Estado se desestiman sus protestas porque “no son las formas”, “son exageradas” o “una simulación” cuando en México se vive una crisis de violencia de género y violencia extrema, los feminicidios, que han cobrado la vida de niñas, adolescentes y mujeres adultas —tan solo basta saber que en 2020, 10 mujeres fueron asesinadas en un día.

Pero va de nuevo: esta estructura y el pacto que la hace funcionar (el encubrimiento entre hombres), normaliza estas situaciones de desigualdad y hasta violencia.

“Flor Meza sostiene una foto de su hija durante una protesta del movimiento ‘Los Machos Nos Matan En México”. Foto: Pedro González-Getty Images.

¿Cómo?

Mediante la complicidad “donde es más importante el prestigio de un varón que el de una mujer, donde es más importante un proyecto político que la vida de una mujer”, enfatizó la también socióloga de la UNAM, al explicar que en esta complicidad entran todas las instituciones que integran la estructura patriarcal.

“La estructura del patriarcado funciona a través del pacto y ese pacto se expresa en nuestras instituciones. Es decir, en el sistema penal que está construido para frenar a las mujeres, de ahí que no sea una coincidencia que existan prohibiciones como el aborto”.

Justo por eso, las mujeres han pedido a AMLO —como a los hombres que no llegan a reconocer sus privilegios establecidos mediante el retroceso de los derechos de las mujeres— que rompa con el pacto patriarcal.

Foto: Presidencia.

“Hay que develar la existencia del pacto. Para muchos políticos en México hay una idea del contrato social que es cómo teóricamente las personas entramos a vivir en sociedad y aceptamos esas reglas. El pacto patriarcal funciona de la misma manera, es un pacto teórico que hace esta distribución de poder entre los hombres.

Y así como ellos se dan cuenta y creen que existe el contrato social, se dieran cuenta de la existencia del pacto patriarcal, las cosas serían muy distintas”.

Victoria Barrios López, tía de Ingrid Escamilla, sostiene una vela durante la protesta contra el feminicidio de Ingrid, de 25 años (febrero 2020, CDMX)”. Foto: Cristopher Rogel-Getty Images.

¿De qué manera se puede romper el pacto patriarcal?

Ya lo dijo Amneris Chaparro: develando su existencia o visibilizándolo.

Este es el primer paso, pero no es suficiente.

Para su ruptura aquí entra el diseño de políticas públicas basado en un enfoque de género, tal como ha explicado la antropóloga mexicana Marcela Lagarde —quien en una conferencia virtual en 2020, en la Universidad Nacional de Córdoba, resaltó cómo el feminismo ha ayudado a construir los criterios para visibilizar eso que para otros no existe o “lo que la sociedad tiene enfrente y no puede ver, porque estamos sin capacidad para reconocer lo evidente”.

CDMX (noviembre 2020). Foto: Graciela López-Cuartoscuro.

De acuerdo con Lagarde, contar con un enfoque de género permite interpretar y conocer las problemáticas sociales, económicas y políticas en cualquier país, no sólo México.

Así que a partir de este, se puede construir un proyecto que tenga como objetivo el alcance y preservación de los derechos tanto de las mujeres como de los hombres  —que llegue a todas las instituciones, a todos los sectores, logrando la ruptura de este pacto patriarcal, aunque se trate de un proceso que tome mucho tiempo o sea paulatino como nos indicó Amneris Chaparro.

Al final, estamos en un momento clave, “un punto de no retorno” donde el feminismo nos impulsa —a la sociedad— hacia un cambio que termine con la subordinación social, económica y política de las mujeres.

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Hola, soy Lucy Sanabria. Desde 2018 redacto y reporteo para Sopitas.com, con especial entusiasmo en temas de derechos humanos y LGBT+. En 2021 fui parte de la generación de la beca de Periodismo Incluyente...

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