Así es, cómo bien lo indica el título de esta nota, Pasajeros (traducción literal del título original Passengers) es una historia de amor, aún cuando en el trailer y la publicidad se esmeraron en hacernos creer que era una película de ciencia ficción con una premisa muy interesante: dos pasajeros despiertan de un estado de hibernación inducido 90 años antes de llegar a su nuevo planeta Homestead II, suena bien, ¿no? Ese trailer y esa publicidad nos contaban como el amor encarnado en la pareja de Jennifer Lawrence y Chris Pratt podía contra los problemas y adversidades que una nave espacial autónoma podría presentar.
La historia empieza cuando Jim Preston (Pratt) despierta para descubrir que es el único tripulante de la nave espacial Avalon que está despierto, esto por una falla en su cabina de hibernación que hace que su sueño terminase 90 años antes de lo previsto, sin manera de volver a su estado de hibernación, Jim encuentra hartazgo en la monotonía y desesperación en la soledad.
Para Pratt la soledad de su personaje lo llevo a concentrarse en el propósito de sus acciones como nos cuenta en esta entrevista.
En algún momento Preston deja de estar solo cuando Aurora Lane (Lawrence) despierta, ambos ofrecen sentido a la vida del otro, al final del día son las únicas dos personas a millones de kilómetros, y se tienen uno al otro. Sobre las actuaciones, están bien a secas, no es la mejor actuación de ninguno de los dos pero creo que más que nada se debe a que no fueron exigidos. Pratt pasa parte de la película solo y se agradece su chispa en pantalla, un par de chistes con un androide llamado Arthur, interpretado por Michael Sheen, dan una chispa dentro de un ambiente desolador. Lawrence lo hace muy bien en las pocas escenas en las que puede exponer sus dotes histriónicos.
El fuerte más imponente de esta película son sus efectos especiales, bien logrados y muy impresionantes a la hora de retratar una nave monumental como lo es el Avalon, una nave de 5,000 pasajeros con autonomía para un viaje interestelar de 120 años. Cuyo trabajo de diseño se nota de inmediato. Espacio, estrellas, galaxias, asteroides y momentos de gravedad cero hacen de Pasajeros una película recomendada para los amantes de los buenos efectos visuales.
Antes de concluir esta nota les quiero hacer dos preguntas, ¿si estuvieran solos en una nave espacial en la que muy probablemente morirán solos, despertarían a alguien para que les hiciera compañía? ¿Sería eso el acto de amor más grande o el ejemplo más grande de egoísmo?
Al final del día, Pasajeros es una buena película para pasar el rato, palomera, que en mi opinión se queda entre ser una película con una trama sumamente interesante y una historia de amor que hemos visto millones de veces pero esta es en versión espacial (con tintes de Wall-E, neta). Para los que están de vacaciones Pasajeros ya está en las salas de nuestro país y si merece una vueltita al cine.
por Miguel Lozano