Después del accidente aéreo en el aeropuerto de Durango, este martes, 31 de julio, una pasajera narró como fue el despegue bajo una lluvia torrencial y la evacuación entre llamas del vuelo AM2431. Afortunadamente, no hubo víctimas en el accidente, pero la narración de la pasajera vale la pena para conocer un poco más sobre el evento.
En un primer recorrido del avión siniestrado de Aeroméxico en Durango, se reporta que NO hay fallecidos.
La mayoría de los pasajeros salieron por su propio pie, a excepción de algunos con crisis nerviosas. https://t.co/AVUChyvBIC #Vuelo2431 pic.twitter.com/5hOEsIhVTT
— Sopitas (@sopitas) 31 de julio de 2018
La pasajera Jacqueline Flores, una mexicana que reside en Bogotá, viajaba junto a su hija en el asiento 8B dentro del Embraer 190 de Aeroméxico y su testimonio fue publicado en Facebook por Sotero Herrera López, reportero en el Canal de Televisión por Internet Durango XXI.
Acá está el video, solamente aguas con los audífonos porque en los primeros segundos suena un teléfono a todo volumen.
La pasajera cuenta que no tiene ninguna lesión, fuera de una cortada que se hizo mientras saltaba del avión. Sobre otros pasajeros heridos, solo menciona el caso de un hombre que se lastimó en la evacuación y sangraba mientras caminaba junto a los otros pasajeros hacia un lugar seguro.
En su testimonio, cuenta que el avión despegó bajo una tremenda lluvia y detrás de ella, a la altura del ala, se abrió un hueco en el fuselaje por donde pudieron ir saliendo los pasajeros cuando el aeronave comenzaba a presentar humo y llamas.
Sobre el accidente, la pasajera dice que el avión sí se elevo y es después de eso que tuvo el accidente. Flores cuenta que los elementos de emergencia llegaron a los 20 minutos de que sucedió todo.
¡Qué héroes! Todos los médicos y equipo de enfermeros están al pie del cañón esperando a los lesionados del #Vuelo2431
📸 @cardionorth pic.twitter.com/2EhtxLTKDZ
— Sopitas (@sopitas) 31 de julio de 2018
“Me siento bendecida y agradecida con Dios porque estoy aquí”, cuenta la pasajera que por fortuna solo traía la mano derecha vendada.
*Foto de portada: Sotero Herrera López