Las fuerzas especiales de la Policía Federal belga desplegaron una macrooperación en el municipio de Molenbeek, Bruselas, para tratar de capturar a Salah Abdeslam, quien se convirtió en el hombre más buscado de Europa, después de participar en los ataques terroristas que empañaron a París a finales del año pasado.

Después de que fuentes federales informaron que Abdeslam había sido herido en una pierna y detenido, el presidente francés François Hollande, dijo que aún no podía confirmar dicha información. Más tarde el fiscal federal belga, Eric Van der Sypt, confirmó que el terrorista que faltaba había sido aprehendido junto con un cómplice.

Después de los ataques registrados el 13 de noviembre en los que murieron al menos 130 personas, Abdeslam huyó de París a Bélgica. Las autoridades francesas aseguran que el joven de 26 años fue una de las mentes maestras para la organización de estos ataques y que acompañó a los tres terroristas suicidas que se situaron en el Stade de France.

En enero las autoridades belgas informaron que habían encontrado dos departamentos y una casa utilizada por el terrorista y otros sospechosos de los ataques. Pero gracias a una huella digital que encontraron en un apartamento, junto con vestigios de explosivos y posibles cinturones suicidas dieron con su paradero.

Las autoridades también informaron del hallazgo de rastros de ADN de Bilal Hadfi, otro de los atacantes que se hizo explotar con un chaleco bomba cerca del estadio nacional frances durante los ataques de noviembre.

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