Tras 254 días en el nosocomio después de su accidente en Meribel, Michael Schumacher fue trasladado a su hogar en Suiza donde en este momento es tratado, situación que de acuerdo a los expertos sería productiva, pero que luego de casi dos meses parece no rendir frutos.
Desde un principio y gracias al gran estado físico en el que se encontraba el ex piloto de Ferrari, se dijo que salir del coma sería muy fácil. Meses después lo logró y a partir de ahí se sacaron conjeturas sobre el futuro cercano, las cuales no se cumplen tal como se esperaba.
De acuerdo a unas declaraciones recientes de Gary Harstein, ex delegado médico de la Federación Internacional de Automovilismo, para DailyMail, el tiempo no ha perdonado a Schumi, de quien poco se sabe y que posiblemente se encuentre peor de lo que se cree:
“A medida que pasa el tiempo se hace menos probable que Schumacher pueda presentar una evolución significativa. Se nos dice en tono casi triunfal que Michael ya no está en coma. Pero eso no es nuevo, creo que es una forma cínica de utilizar el lenguaje, para hacer que parezca verdad algo que seguramente sea falso”.
Gary aseguró que si realmente el siete veces campeón mostrara mejoría en su estado de salud, sería motivo para que la familia lo expresara abiertamente, pero que de acuerdo a sus estudios, eso podría no resultar nada fácil y hasta terminar en una larga y agónica despedida para el corredor:
“Si Michael tuviera el más mínimo estado de conciencia ya habrían comunicado que tenía problemas de expresión y que estaban intentando mejorar, lo mismo que si estuviera aprendiendo a caminar, leer o escribir de nuevo. La esperanza de vida de un paciente que no presenta una evolución neurológica va de meses a unos pocos años (…) una larga despedida a la mayor estrella del automovilismo”.