Ubicado en las entrañas de un bosque, un bunker-museo ofrece una “bonita” experiencia para todo aquel que se haya quedado con las ganas de vivir la división de Alemania.
Una buena opción para estas vacaciones: pasar días y noches como un soldado del Ejército Nacional Popular de la Alemania Oriental. No habrá bar en la habitación, tampoco spa ni una bienvenida calurosa, pero eso sí, sentirás el rigor de la milicia teutona.
A tu llegada al lugar sólo recibes pantalones, chamarras, cinturón, boina y máscara de gas. Esta experiencia es ofrecida por el “Waldhotel Rennsteighoehe“ por la cantidad de 109 euros por persona (estancia de 16 horas).
“La demanda es mucha. Las personas quieren algo serio y pesado, pero a la vez histórico. Eso es lo que obtienen”, cuenta Manuel Ebert, uno de los funcionarios del hotel.
Así es más o menos el itinerario: te levanta muy tempranos, haces tu cama; mientras las mujeres pelan y cortan papas para la comida, los hombre hacen guardias o ayudan con la preparación de los alimentos.
En la noche comienza la “diversión”: puedes tomar cerveza, vodka o una bebida muy propia de la época llamada Rotkaeppchen.
El bunker fue construido en 1970 y llegar a él forma parte de la experiencia, ya que se encuentra en las entrañas del bosque Turíngia.
Además de recibir los tratos de un simple soldado, la experiencia en este bunker-hotel-museo se ve aderezada por la “decoración” de las instalaciones: muchos de los artículos y mobiliario son originales de la época.
Entonces, ¿quién se anima?
¨Vía O globo