Cuando en 2007 una fractura se abrió repentinamente en Iztapalapa, la investigadora Dora Carreón Freyre consideró pertinente que las autoridades (y sociedad en general) tuvieran en consideración dónde y cómo construir, para “disminuir el riesgo asociado para la población mediante una zonificación adecuada y el diseño de distintas medidas de mitigación” de fenómenos geológicos. Para ello se creó el Centro de Evaluación de Riesgo Geológico (CERG), el cual ahora da a conocer un mapa con las principales fracturas que afectan a la infraestructura de la Ciudad de México.

Este mapa no fue hecho oportunistamente al aventón, dados los recientes movimientos telúricos de septiembre. De hecho, fue iniciado desde finales de 2016 junto con el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) y la UNAM y ahora puede ayudar a identificar “la vulnerabilidad física del suelo de la Ciudad de México (susceptible a fracturarse)”. Con base en la información que proporciona este mapa, las instancias correspondientes pueden checar no sólo dónde tomar precauciones infraestructurales, sino –ahora que ya ocurrió un fenómeno que dañó a la Ciudad– estimar en cuáles zonas se necesita más ayuda. “Pues este problema afecta de diferente manera a la población, dependiendo del nivel socioeconómico”, señala la especialista.

Imagen: dgcs.unam.mx

En efecto, como se nota en el mapa, las delegaciones con mayores fracturas –como pudo comprobarse con los pasados sismos– son Benito Juárez, Cuauhtémoc, Iztapalapa, Tláhuac y Xochimilco. Sin embargo, es muy diferente el impacto que en la vida de un habitante de las tres últimas demarcaciones a las dos primeras. “Hay gente que dedica una parte importante de sus ingresos para levantar una barda o construir un cuarto, así que su resiliencia ante una contingencia es distinta a la de la población económicamente más estable, agregó Carreón.

Sin embargo, ya sabemos cuáles demarcaciones el gobierno de la CDMX ha dejado en el olvido

Carreón aclaró que las fracturas ubicadas en Iztapalapa, en su frontera con Tláhuac, ya estaban reportadas y en el último movimiento telúrico se desplazaron casi un metro del suelo en forma vertical. Por otra parte, al comparar los mapas con los sitios dañados por los sismos del 85 y del 2017, se puede notar que los edificios colapsados se ubican en las zonas con más fracturas, en especial Benito Juárez y Cuauhtémoc. “Ambas se ubican en una especie de fosa delimitada por dos fallas, que atraviesan la ciudad de norte a sur”, detalló la geóloga.

¿Qué origina las fracturas?

Como ya se ha señalado en otras ocasiones, Carreón informó que el principal motivo por el que existen varias fracturas en el suelo de la CDMX es el contraste que posee entre materiales volcánicos y los rellenos del lago, además de que la extracción del agua detona y pone en evidencia las debilidades existentes en el suelo de la Ciudad. “Se debe estudiar cada zona, porque los contactos litológicos son planos de debilidad, con una distribución distinta en las zonas de transición o de pie de monte, montañosas o lacustres. Por ello, además de conocer los efectos de los sismos en estos tipos de suelo, es importante saber qué tan susceptibles son de fracturarse”.

Foto: Notimex-Bernardo Moncada

Además de poner sobre la mesa esta información, Carreó recordó que la CDMX se hunde de 30 a 20 centímetros cada año… otro factor que debe ser considerado por las autoridades y constructoras al momento de querer llenar la ciudad de edificios y ahora que se lleve a cabo el proyecto de reconstrucción. “Lo ideal es que la información sea aprovechada como base para definir cualquier plan de desarrollo urbano encaminado a implementar sistemas de monitoreo y prevención, así como medidas de mitigación adecuadas para cada tipo de fracturamiento”, finalizó la especialista.

Todo lo que no sabías que necesitas saber lo encuentras en Sopitas.com

Hola, soy Álvaro. Estoy en sopitas.com desde hace algunos años. Todo ha sido diversión, incluso las críticas de los lectores. La mejor de todas: "Álvaro Cortés, córtate las manos".

Comentarios