Así es, en la tierra de los pandas, cientos de cristianos asentados en zonas rurales son convocados a retirar de sus hogares las imágenes de Jesucristo, así como símbolos religiosos – desde san Juditas hasta la cruz – esto con el fin de “convertir a los creyentes en religión en creyentes en el partido”, señala el programa gubernamental. De acuerdo con el South China Mourning Post, la convocatoria se deja ver con mayor notoriedad en Yugan, condado ubicado en las orillas del lago Poyang y con una población cercana al millón de habitantes, de la cual cerca del 11% vive por debajo de la línea de pobreza y 10% se declara cristiana, según datos oficiales. Ahí, el gobierno ha redoblado sus esfuerzos para reducir la pobreza… pero como nada es de a gratis, se les ha pedido a los creyentes que retiren todos los artículos religiosos y, en su lugar, coloquen el afable retrato del líder Xi Jinping. Algo que no es nuevo para los chinos más veteranos, ya que esta práctica era realizada en las épocas del presidente Mao Zedong.
Y no será el hijo de Dios, pero el actual mandatario chino se ha comprometido a realizar un milagro que muchos le han pedido a la virgencita por años: poner fin a la pobreza. La fecha establecida para tal portento económico fue establecida en 2020 y, para rifarse en ello, Xi sólo pide que le echen la mano para consolidar el poderío de su partido. De ahí su solicitud desaparecer símbolos religiosos. La petición no es nomás porque sí, en un país en el que el número de cristianos supera a los 90 millones de adeptos con los que cuenta el partido, es innegable que lo político compite en influencia con lo sacro.
Según lo reportado en medios, los funcionarios acuden de casa en casa y aplican un lavado de cerebro marca Solidaridad tratan de convencer a la gente de los beneficios de dejar un ratito sus oraciones y entregarse ciegamente al partido. ¿En qué consiste la terapia? Nada del otro mundo, simplemente una nada exagerada explicación de los esfuerzos que el partido realiza para erradicar la pobreza, para que así se den cuenta de lo mucho que XI Jinping se preocupa por su bienestar. “Muchos hogares pobres se han sumido en la pobreza debido a una enfermedad en la familia. Algunos recurrieron a creer en Jesús para curar sus enfermedades, Pero tratamos de decirles que enfermarse es algo físico y que las personas que realmente pueden ayudarlos son el Partido Comunista y el Secretario General Xi”, comentó el responsable de la campaña en el pueblo de Huangjinbu, Qi Yan.
Bueno… esa es la versión oficial. Sobre cómo se realiza esto, un residente de una aldea explica que, ya que muchos habitantes son demasiado creyentes y se niegan a quitar sus imágenes, entonces se les convence de otra manera: “no hay opción. Si no aceptan, no se les da su apoyo del fondo para erradicar la pobreza”. Al respecto, Qi asegura que eso no ocurre… cómo creen. “Sólo les pedimos que quiten sus carteles [religiosos] del centro de la casa. Todavía pueden colgarlos en otras habitaciones. Lo que necesitamos es que no se olviden de la bondad del partido en el centro de sus salas”.
