Farooq Muhammad es un migrante paquistaní varado en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México desde hace un mes. Sí, las autoridades no permiten a este hombre originario de Paquistán abandonar las instalaciones, a pesar de que lleva casi dos años viviendo en nuestro país.
¿Cuál es la historia de este paquistaní?
A inicios de este año, para ser precisos en febrero, este hombre decidió viajar a su tierra natal para visitar a su familia y solucionar algunos asuntos personales. Sin embargo, no tenía planeado quedarse mucho tiempo allá, pero por las restricciones de movilidad que se implantaron por la pandemia de COVID-19, tuvo que hacerlo hasta el 9 de septiembre.
De acuerdo a Reforma, lamentablemente para ese tiempo su permiso de trabajo en México expiró. Esto lo llevó a investigar sobre su situación y fue así que descubrió que al regresar podría regularizar su documentación.
Después de aterrizar en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, autoridades pertenecientes al Instituto Nacional de Migración (INM) le negaron el ingreso a nuestro país. De hecho, le exigieron que regresara a Paquistán, pero él se negó.
¿Qué ocurrió con Farooq?
Según información de Animal Político, desde entonces, este paquistaní está en un lugar del aeropuerto conocido como “la Burbuja”, donde resguardan a todos los extranjeros que deportarán o que no pueden ingresar al país. Ahí le hicieron firmar unos papeles sin hablar inglés o español y desde el 9 de septiembre solo ha hablado dos veces con sus abogados.
Por otra parte, la Clínica Jurídica Alaíde Foppa, de la Universidad Iberoamericana, presentó una queja ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, buscando que Farooq pueda enfrentar el proceso en una estación migratoria, y que elementos de Migración no lo presionen para que se suba a un avión.
Finalmente, la clínica informó que el paquistaní está sin acceso a luz o ventilación natural, y alimentándose con comida de una máquina expendedora, como en una película de Tom Hanks. Asimismo, a través de sus abogados, declaró que él no es ningún delincuente, sino un trabajador.
Farooq lleva más de un mes privado de libertad en una sala de espera del AICM. Sin acceso a luz o ventilación natural y con comida de una máquina expendedora. Ningún juez quiere conocer del caso y se niegan a protegerlo contra las condiciones de detención.https://t.co/n2UZcBrv6j
— Clínica Jurídica Alaíde Foppa (@CJRAlaideFoppa) October 13, 2020
*Con información de Reforma y Animal Político