Nadie pone en duda el conocimiento que Francisco tenga de las escrituras o de teología, pero ¿del marxismo? ¿Por qué diría semejante cosa? ¿por qué desentenderse de Marx?
Al parecer todo se desprende de que publicaciones estadounidenses lo tacharon de marxista, así que, para desprenderse de esto el papa dijo:
«La ideología marxista está equivocada. Pero en mi vida he conocido a muchos marxistas buenos como personas, y por esto no me siento ofendido»
Según el Economista, esto lo dijo en una entrevista para el periódico italiano La Stampa. Ultraconservadores estadounidenses acusaron al líder de los católicos de ser un «marxista» luego de que, en su exhortación Evangelii gaudium, difundida a finales del mes pasado (de la cual tenemos un resumen acá), criticó al capitalismo y lo tachó como «la dictadura de la economía sin rostro y sin un objetivo verdaderamente humano». Francisco afirmó que sobre lo que dijo:
«no hay nada que no se encuentre en la Doctrina social de la Iglesia»
Añadió contra esta visión de la economía (muy parecida a la del sector de derecha de nuestro país):
«La única cita específica fue sobre las teoría del “derrame”, que suponen que todo crecimiento económico, favorecido por la libertad de mercado, logra provocar por sí mismo mayor equidad e inclusión social en el mundo. Se prometía que, cuando el vaso hubiera estado lleno, se habría desbordado y los pobres se habrían beneficiado»
«En cambio, sucede que, cuando está lleno, el vaso, por arte de magia, crece y así nunca sale nada para los pobres»
Pues bueno, lo que sabemos es que Bergoglio sí ha tenido contactos con el marxismo, por lo menos de segunda mano, pues se enfrentó con sacerdotes que sí eran conocedores del marxismo, sobre todo porque en nuestro continente nació una corriente llamada Teología de la Liberación, cuyos representantes más destacados son el sacerdote peruano Gustavo Gutiérrez Merino, el brasileño Leonardo Boff, el español Jon Sobrino, el colombiano Camilo Torres Restrepo, el chileno Pablo Richard, el uruguayo Juan Luis Segundo, entre otros. Sus puntos más importantes son:
- Opción preferencial por los pobres.
- La salvación cristiana no puede darse sin la liberación económica, política, social e ideológica, como signos visibles de la dignidad del hombre.
- Eliminar la explotación, la falta de oportunidades e injusticias de este mundo.
- La liberación como toma de conciencia ante la realidad socioeconómica latinoamericana.
- La situación actual de la mayoría de los latinoamericanos contradice el designio histórico de Dios de que la pobreza es un pecado social.
- No solamente hay pecadores, sino que hay víctima del pecado que necesitan justicia y restauración.
Ante esto, el papa Francisco ha propuesto una teología del pueblo que busca no ser marxista.
¿Se puede huir del marxismo?
Los medios estadounidenses tachan a figuras públicas de marxistas o de comunistas para quitarles credibilidad, pero ¿porque huir del marxismo?
La pregunta es necia, claro que se puede estar en contra de los distintos discursos marxistas, pero desde que Marx hizo su crítica es imposible obviarla o ignorarla, desde sus detractores que han hecho lo posible para contradecirlo como sus entusiastas que han derivado la critica marxista hacia otros campos. El marxismo ya no existe solamente como el pensamiento de Marx, sino que se ha hecho un discurso que ha evolucionado en distingas parcelas del conocimiento, a lo largo del tiempo (tanto positiva como negativamente); ahora, toda crítica debe algo al marxismo, los mismos estudios de género, por decir cualquier ejemplo, provienen de intelectuales que han conversado con el marxismo (además de que la crítica marxista ha influido tanto en la economía, como en la historia, la filosofía, la sociología, la literatura y hasta el derecho). Es más, el hecho mismo de que alguien tenga que desentenderse de esta corriente de pensamiento en específico (y no de cualquier otra), ya nos habla de la importancia que tiene. Del otro lado es igual, una persona que esté en contra del liberalismo no puede obviar la lectura de Adam Smith, por mencionar a uno de sus autores, o un detractor del neoliberalismo no podrá nunca obviar la lectura de pensadores neoliberales.
En fin, la cosa es que Marx no sólo son sus teorías, también es una figura, un símbolo que se ha convertido en algo negativo en tierras estadounidenses (en las mexicanas también, sobre todo bajo el régimen del PRI), entonces, para que uno no pierda popularidad, uno debe de desentenderse de este tipo de figuras de una manera inteligente. Y entonces nuestra pregunta se contesta, ¿por qué huir de Marx? No es huir de Marx por el marxismo, es huir de Marx por lo que él representa para un gran sector de la población para los que Marx significa dictaduras comunistas y no la crítica marxista.
Pero Francisco no huye del marxismo (como hemos dicho ha tenido contacto por parte de otros eclesiásticos) sino que se distancia de él, así que podríamos decirle a los medios ultraconservadores estadounidenses paren el mame tranquilícense y empiecen a darnos razones de porque algo no está bien.
