Si te preguntaran qué tienen en común el papa Benedicto XVI y Kel Mitchell —el protagonista de ‘Kenan & Kel’, aquel programa noventero de Nickelodeon—, estamos seguros que podrías quedarte horas confundido. Y es que la respuesta es una completa locura: ambos adoraban el refresco de naranja.
O bueno, “gaseosa” de naranja dependiendo el doblaje que te tocara.
Esta curiosidad del papa Benedicto XVI ha existido en internet desde hace muchísimos años e incluso, su gusto por el refresco —específicamente la Fanta— se ha hecho referencia en un buen de películas o documentales.
Tal vez, si les gusta el cine, recuerden la escena en ‘The Two Popes’ para Netflix en la que se ve a Anthony Hopkins, interpretando a Joseph Ratzinger, abriéndose un refresco de naranja, comiendo una pizza, mientras ve el futbol con el personaje del papa Francisco. Esa escena, curiosamente, solo tiene un detalle real.
Fernando Meirelles, el director de la película, confesó que los papas nunca se reunieron para comer pizza y probablemente nunca vieron el futbol juntos —dicen que a Benedicto XVI le gusta más la Fórmula 1, por cierto.
Pero en una entrevista con USA Today aclaró que la Fanta es completamente real.
De hecho, desde hace más de una década se ha dicho que Ratzinger se chutaba hasta cuatro latas de refresco todos los días.
Su gusto por la Fanta y su infancia en Alemania
Y es que este rumor, curiosidad, detalle inútil o como quieran llamarle, tiene todo el sentido si consideramos que el papa Benedicto XVI creció en Alemania. En una época de Guerra, conflictos y embargo.
Durante los años 30, la empresa Coca-Cola era un exitazo en Alemania y tenía casi 40 embotelladoras y más de 600 distribuidores.
Sin embargo, conforme fue avanzando la Segunda Guerra Mundial y los bloqueos de importaciones a la Alemania Nazi, las plantas de Coca-Cola perdieron la materia prima para hacer sus refrescos.
Y así es como se apareció un famoso ejecutivo —llamado Max Keith— que, con lo que tenía, inventó una de las bebidas más populares hasta nuestra época. Usando restos de otras industrias, algunos productos permitidos y endulzándola originalmente con azúcar de betabel, crearon la Fanta.
El producto fue un exitazo: en 1943, cuando el Papa Benedicto XVI tenía 16 años, la Fanta vendió más de 3 millones de botellas.
Esta historia ha dado pie a otro rumor de internet que dice que el refresco de naranja fue inventado por los Nazis, pero la historia ha sido amable con Max Keith, que nunca se unió al bando de Hitler. Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, se supo que jamás se unió al partido del Führer pero mantuvo abiertas las plantas para darle trabajo a las personas.
De hecho, cuando termina el Reich y regresaron las comunicaciones, Max Keith le habló a Coca-Cola para contarles que todo iba bien… ¡incluso habían estrenado un nuevo refresco de naranja!