La violencia contra la prensa en México se volvió a hacer presente con la noticia del noveno periodista asesinado en lo que va de 2022. Si no lo escucharon, es la historia de Luis Enrique Ramírez en Culiacán. Ramírez era un analista político, fundador del portal Fuentes Fidedignas y al momento de su muerte, se desempeñaba como columnista en El Debate.
El medio de Sinaloa emitió unas fuertes palabras después del asesinato de su colaborador.
“No queremos las excusas de siempre”, se lee en una carta publicada en sus redes sociales. Unas líneas para expresar el enojo y exigirle al gobierno una verdadera explicación, no como los mensajes de copy-paste que ya se volvieron tradición en la vocería de Presidencia.
“En El Debate estamos indignados ante este hecho terrible. No queremos de las autoridades las frases de siempre. Las excusas de siempre. No es la primera vez que nuestros periodistas e instalaciones son agraviadas. En nuestra triste memoria nos siguen doliendo los que se fueron y no han encontrado Justicia”, dice el mensaje del medio basado en Sinaloa.
“Este país no puede seguir así”, continúan, “Con esa indolencia gubernamental, con esa falta de compromiso que exaspera para combatir la inseguridad, que nos tiene de luto todos los días. Todos los días”.
En la misma publicación, El Debate recuerda que Luis Enrique Ramírez era un periodista comprometido, apasionado por su profesión.
Asesinato de Luis Enrique Ramírez
Como les decíamos, el asesinato de Luis Enrique Ramírez —aunque no es una estadística más— se convirtió en el noveno periodista asesinado en México, en los pocos meses que lleva 2022.
El comunicador nacido en Culiacán fue encontrado sin vida en las afueras de la capital de Sinaloa después de que fuera secuestrado unas horas antes. Los motivos, los responsables y las investigaciones siguen pendientes.
Luis Enrique Ramírez se inició en el periodismo a los 17 años de edad en El Diario de Sinaloa. En 1988 emigró a la Ciudad de México donde trabajó más de una década en medios de circulación nacional como El Financiero, La Jornada, El Universal y Milenio. En los últimos años también había colaborado con medios como Noroeste y era columnista de Debate.
Hace unos años dio una entrevista, después del asesinato de un compañero suyo, en la que confesaba que sentía que le podría suceder a él. Yo no escribo del narco, yo no hablo ni mal ni bien del narco. Humberto Millán tampoco, y mira, no fue suficiente para seguir haciendo su trabajo y sobre todo para conservar su vida”, comentó en aquella entrevista para Noroeste. “Y qué es lo que pasa, Humberto Millán y yo sólo escribimos de políticos, y ahora resulta que tampoco vamos a escribir de los políticos, ¿entonces de qué vamos a escribir los comunicadores sinaloenses?”