El tres de mayo de este año la conocida marca Louboutin sacó al mercado la colección Mexicaba, la cual cuenta con 2000 piezas, cuyo costó fue de 1490 dólares (28 mil pesos) por bolsa. Pero aún si les alcanza para una de estas totes veraniegas no se emocionen porque éstas ya están agotadas. Para la realización de estas bolsas, el diseñador Christian Louboutin colaboró con Taller Maya, una fundación mexicana que trabaja para preservar los bordados tradicionales de la zona, así como para lograr un empoderamiento económico de los artesanos. “Not just an objet d’art, the Mexicaba has a direct and positive social impact on the gifted artisans who helped bring it to life” (No sólo un objeto de arte, Mexicaba tiene un impacto social positivo y directo en los artesanos que ayudaron a traerla a la vida), se lee en la página oficial de la colección.

En el mismo sitio se encuentra una cita de la directora de la fundación Taller Maya, Maria-Carola Diez, quien dice “Aún más allá del positivo impacto económico y social en más de 100 familias, lo que todos aman es la energía especial. Trabajar con el equipo de Christian Louboutin ha abierto nuestras mentes a nuevas posibilidades”. Esperamos que una de estas posibilidades sea la de cobrar un precio más cercano al valor real de los bordados para empezar… porque si bien la colaboración y difusión de los textiles originales mexicanos se agradece –no como el caso de otras marcas que vilmente copian diseños sin dar crédito al original– entramos en conflicto al comparar el precio que se pagó por cada bordado en comparación con el precio del producto final. Molesta que cada bordado se haya vendido en tan sólo 235 pesos y peor aún, que hayan sido las artesanas las que decidieran el precio de la mano de obra, ya que el diseñador las proveyó con los materiales.

vía Twitter

En un video de El Universal se puede constatar lo anterior, así como el hecho de que, tristemente, este fue un buen pedido y trabajo para ellas y su fundación. “Es bueno que se vendieran bien. El trabajo fue una bendición y pudimos ganar buen dinero que no habíamos visto en mucho tiempo”, afirmó María Deysi Balam Cauich, una de las bordadoras. Para que se den una idea del tiempo y dedicación que les llevó hacer estos 2 mil bordados, María y sus compañeras trabajaron tres meses para entregarlos. Bien dicen que ojos que no ven, corazón que no siente; y si estaban contentas con el resultado, en parte fue debido a que desconocían el precio final de las bolsas.

El hecho de que estas artesanas se encuentren satisfechas con su trabajo y la paga por éste es una clara muestra de lo subvaluado que está el trabajo de los artesanos mexicanos. Ojalá que ahora que los bordados mayas aparecen en las bolsas Louboutin, nos dignemos a voltear a ver su trabajo y pagar lo justo… y si se quedaron con ganas de una bolsa con bordados mayas, aunque no sea Louboutin, la pueden en la fundación por un precio mucho más módico en este enlace.

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