Ver a alguien sentado en un café revisando su correo electrónico en una computadora, es algo de todo los días. Incluso ahora, hay quienes ya han cambiado su laptop, por la comodidad que ofrece una tableta.
La tremenda velocidad con la que avanza la tecnología, produce una especie de espejismo que da la sensación de haber vivido así desde hace mucho tiempo. Sin embargo, lo cierto es que hace poco más de 30 años, el mercado de las computadoras portátiles apenas comenzaba a dar sus primeros pasos, teniendo como punta de lanza a un equipo: el Osborne 1.
Si bien es cierto que ya antes se habían hecho otros esfuerzos en la computación portátil, éste fue el primer éxito comercial en ese sentido. Presentada por primera vez en 1981 durante la Feria de Computación de la Costa Oeste, la computadora fue lanzada ese mismo año por la compañía de Adam Osborne, un escritor, programador y empresario de origen británico, posteriormente nacionalizado estadounidense.
Contrastando con los productos de hoy día, la Osborne estaba equipada con una pantalla monocroma CRT de 5 pulgadas que permitía 24 líneas de 52 caracteres y hasta 128 si se desplazaba el cursor. Asimismo, tenía un procesador Zilog Z80 a 4 Mhz, 60 kilobytes de memoria RAM, no una, sino dos unidades de disco de 5¼ pulgadas, teclado separable, puerto paralelo, puerto serial y un alimentador de corriente, ya que no incluía batería interna.
Placa base de la Osborne 1 (segunda versión)
En cuanto al software, Osborne 1 incluía un sistema operativo CP/M 2.2 (Control Program for Microcomputers), así como un paquete de aplicaciones integrado por SuperCalc (hojas de cálculo), Wordstar (procesador de texto), MailMerge (correo electrónico) y dBase II (base de datos), además de CBASIC (Digital Research) y MBASIC (Microsoft) como lenguajes de programación. Todo encapsulado en un armazón de 11 kilogramos (algo enorme si lo comparamos con los equipos de ahora) y que se vendía por un precio de 1,795 dólares de aquella época, un costo relativamente barato para tratarse de una computadora de estas características.
Fue así como el lanzamiento de la Osborne 1 significó un rotundo éxito, logrando vender cerca de 11 mil unidades durante los primeros 8 meses de producción, llegando a un pico de venta de 10 mil equipos al mes. Esto convertiría a Osborne Computer Company en la empresa que tuvo las mejores cifras económicas en la industria durante 1982.
“Para no quedarse atrás”, promocional en español
Lo hecho por Adam Osborne y compañía, traería consigo toda una ola de productos que apuntaban al recién nacido mercado de la computación portátil, tendiendo a empresas como IBM, Kaypro y Compaq a sus principales competidores.
Esto tuvo como consecuencia que el lanzamiento en 1982 de la Osborne Executive, se encontrara con una larga lista de equipos similares, lo que provocó una feroz competencia entre este tipo de aparatos. Sin embargo, la estocada final a Osborne Computer Company vino de adentro, pues la mala planeación hizo que tras el anuncio del modelo Executive, la empresa se quedara con un gran cantidad de lotes sin vender de Osborne 1, por lo que tuvieron que suspender los pagos y tras varios intentos de rescate, declararse en banca rota en 1983.
El mercado que comenzara con la Osborne 1, ha cambiado de una forma tan radical que resulta difícil pensar que todo ha sucedido en tan sólo tres décadas. Aún así, la idea principal parece seguir siendo la misma que Adam Osborne explotó allá en 1981.