En la Estafa Maestra se involucraban complejas movidas financieras, en Veracruz le entraron a la enredada triangulación con empresas fantasma, pero en un estado del noroeste del país ni siquiera necesitaron ponerse hábiles. Operación Desfalco Sinaloa es una investigación que fue recientemente publicada y reveló que hubo robos millonarios con los esquemas más descarados. ¿Lo peor del caso? Nomás no hay investigaciones.
La movida es sencilla: crean empresas reales, a nombre de los políticos o sus familiares y luego, gracias a su influencia, se llevan contratos del gobierno. El monto obtenido supera los 800 millones de pesos.
Los periodistas de Iniciativa Sinaloa y Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) aclaran el tamaño de la embarrada y cómo no discrimina por colores. “La práctica alcanza a políticos relacionados con casi todos los partidos: PRI, PAN, Morena, Movimiento Ciudadano, Partido Verde y Nueva Alianza. También involucra a tres exgobernadores de Sinaloa: Francisco Labastida Ochoa, Jesús Aguilar Padilla y Mario López Valdez”, señalaron.
Si entras al sitio de la investigación te vas a llevar una sorpresa. Apenas abras el menú se te despliegan 15 políticos poderosos diferentes, todos con documentos ligándolos a estos esquemas de desfalco en el estado de Sinaloa.
¿Quieren una probadita? Échenle nomás un ojo a la investigación que hay sobre Francisco Labastida Ochoa.
Labastida, aunque es más recordado por el berrinche que hizo en un debate presidencial, fue gobernador del estado, titular de la SAGARPA y secretario de Gobernación. En la Operación Desfalco Sinaloa aparece señalado por ser el contacto a través del cual su hijo se ha embolsado millones de pesos.
En 2012, su empresa (AGRI 27) recibía cerca de 800 mil pesos como apoyos federales de SAGARPA.
Al siguiente año, cuando llegó un amigo personal de Labastida a la Secretaría de Agricultura (Marcos Augusto Bucio Mújica), estos apoyos se fueron al cielo: al año siguiente recibió 1 millón 822 mil pesos y así siguió aumentando hasta llevarse 3 millones de pesos en 2015. Cuando cambiaron al secretario, esos apoyos se convirtieron en una mirruña. A su salida, en 2016, (AGRI 27) nada más sumó 150 mil pesos.
En esas mismas épocas, al hijo de Labastida le tuvieron que inventar un puesto en el gobierno de Mario López Valdez, mejor conocido como Malova.
La cosa es que ese puesto gubernamental no fue suficiente para que AGRI 27 dejara de recibir contratos millonarios. Durante esos años recibió 4 millones de pesos como por alquilar bodegas al gobierno y otro millón y medio de pesos de la SAGARPA en el estado. Al final cerraría recibiendo más de 14 millones de pesos entre contratos, echadas de mano, apoyos y subsidios.
Como Labastida hay un montonal de historias más reveladas en Operación Desfalco Sinaloa. Échenle un ojo a la investigación completa AQUÍ y entérense de uno de los más simples modelos de hacer negocio con la lana pública a nivel nacional.