La ONU dijo que la violencia en las cárceles se ha normalizado al punto de ver los asesinatos como algo común.
Ameringo Incalcaterra, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humados (ACNUDH) en América del Sur, condenó la violencia que en varias cárceles brasileñas. Las cárceles enfrentan una situación crítica en materia de hacinamiento y superpoblación, lo que provoca la saturación en los servicios que brindan a los reclusos.
Recordemos que hace unos días en la prisión de Cascavel, dos reclusos fueron decapitados por sus compañeros y otros, lanzados desde el techo de la prisión. En Minas Gerais (sudeste), por su parte, dos rebeliones acabaron con varias muertes y decenas de heridos.
El Representante del ACNUDH, pidió al gobierno brasileño investigar las razones de los levantamientos a interior de las prisiones.
“Pedimos a las autoridades que realicen una investigación rápida, imparcial y efectiva de los hechos y de las causas de los motines, y que los responsables por los crímenes respondan ante la justicia. Estamos consternados con el nivel de violencia observado recientemente en las cárceles brasileñas. Infelizmente, no se trata de hechos aislados; ocurren con frecuencia en innumerables centros de detención, en todo el país. No es admisible que, en Brasil, la violencia y las muertes dentro de las prisiones sean vistas como normales y cotidianas”, declaró.
Amnistía Internacional calificó las cárceles como medievales e informó el resultado de una verificación, donde constataron diversos abusos dentro de los centros de detención.
“Celdas malolientes, atestadas e inseguras. En varias prisiones, las mujeres y los niños y niñas estaban recluidas en las mismas unidades que los hombres y se recibieron numerosos informes de torturas a manos de la policía militar del Estado, con practicas como asfixia con bolsas de plástico, palizas y descargas eléctricas”, señala Amnistía.
Las condiciones de las cárceles de ese país incluyen sobrepoblación, condiciones penitenciarias inadecuadas, torturas y malos tratos contra los detenidos Por lo que es urgente entrenar en derechos humanos al personal penitenciario y establecer un mecanismo de prevención de la tortura.
Esperamos que pronto emitan las recomendaciones pertinentes para las cárceles de México, porque como pudimos constatar hace unos días, al menos en las cárceles de Michoacán estar preso es como vivir en un bar de apuestas con cerveza y mucho dinero.
Vía: El País