Sin dar nombres o referirse a un país en especial, la OMS pidió que las fronteras estén abiertas para las personas que han recibido las dosis de vacunas que ha aprobado —y que el asunto no se quede sólo en las desarrolladas en Occidente. Y aunque fue de manera súper general, este llamado le cae a la Unión Europea, Estados Unidos, Canadá o cualquier otro país que aún no aprueba las vacunas chinas de Sinovac y Sinopharm.
Apenas este 1º de julio y en medio de la entrada en vigor del certificado COVID de la Unión Europea o las restricciones impuestas en Canadá, la OMS salió con un comunicado al estilo “te lo digo, Juan, para que entiendas, Pedro”.
OMS pide no dejar atrás a las vacunas chinas
“COVAX se construyó sobre el principio de acceso equitativo a las vacunas COVID-19 para proteger la salud de las personas en todo el mundo.
Eso significa proteger sus vidas y medios de subsistencia, incluida su capacidad para viajar y realizar viajes comerciales.
A medida que los viajes y otras posibilidades comienzan a abrirse en algunas partes del mundo, COVAX insta a todas las autoridades gubernamentales regionales, nacionales y locales a reconocer como completamente vacunadas a todas las personas que han recibido vacunas COVID-19 que han sido consideradas seguras y efectivas”.
¿Cuáles son las vacunas que la OMS ha aprobado hasta el momento? Hasta junio de este 2021, la OMS ya le dio luz verde a las vacunas de Pfizer-BioNTech, la desarrollada por AstraZeneca y la Universidad de Oxford, la de Janssen (Johnson & Johnson), Moderna y las vacunas chinas Sinopharm y Sinovac.
Mientras, el resto de las vacunas candidatas siguen bajo la lupa de la OMS.
Sin embargo, para la Organización la verdad no está chido que haya este tipo de limitación, que termina afectando a los ciudadanos y las ciudadanas del mundo.
Si Europa o Estados Unidos dejaran atrás esta especie de recelo, se garantizaría el verdadero acceso a las vacunas y a las oportunidades económicas y sociales, restándole a la desigualdad —que incluso predomina en la vacunación entre países desarrollados y vulnerables.
Y si Europa o Estados Unidos no le hacen caso a la OMS, ¿qué pasaría? Lo que nadie quiere: habría otro trancazo económico contra los países vulnerables, cuyos sistemas de por sí está sufriendo las consecuencias de la pandemia.
Como ejemplo de esta especie de restricción a las vacunas chinas tenemos lo que pasa en la Unión Europea, donde ya entró en vigor un certificado sanitario que reconoce como vacunas oficiales a las desarrolladas por Pfizer-BioNTech, AstraZeneca —pero no la versión enviada a África—, Moderna y Johnson & Johnson.
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