¿B.1.167 o B.1.351? No, ya no: La Organización Mundial de la Salud (OMS) dio a conocer que habrá nuevos nombres para las variantes de COVID. Sí, ahora las variantes brasileña e inglesa recibirán los nombres de las letras griegas para que todos comiencen a diferenciarlas fácilmente evitando el estigma.
¿Por qué le ponen nuevos nombres a las variantes de COVID?
La Organización Mundial de la Salud indicó que con el objetivo de simplificar los nombres de las variantes de COVID y evitar el estigma hacia los países de donde se originan, han decidido poner nuevos nombres a éstas con ayuda de las letras griegas.
Y es que variantes como la que surgió en Sudáfrica tenía más de un nombre alfanumérico como B.1.351, 501Y.V2 y 20H/501Y.V2, los cuales eran demasiado complicados. Es así que las cuatro variantes conocidas hasta ahora, que se originaron en Reino Unido, Sudáfrica, Brasil e India han recibido los nombres de las letras Alfa, Beta, Gamma y Delta de acuerdo con el orden de su detección.
“Si bien tienen sus ventajas, estos nombres científicos pueden ser difíciles de decir y recordar, y son propensos a ser informados erróneamente”, explicó la organización mundial.
¿P0r qué las letras griegas?
De acuerdo con la OMS, la elección de los nuevos nombres tomando los del alfabeto griego, se dio después de varias deliberaciones en las que expertos consideraron otras opciones. Sí, incluso consideraron dioses griegos y los nombres pseudoclásicos inventados, según el bacteriólogo Mark Pallen, quien participó en esta decisión.
Cabe señalar que históricamente los virus y sus variantes se han asociado casi siempre con los lugares de los cuales surgieron, como el ébola, el cual lleva el nombre del río de la República Democrática del Congo. Sin embargo, comentaron que esto puede afectar a los sitios, ya que, como ocurrió con la pandemia de la llamada gripe española de 1918, puede ser inexacto el nombre, pues sus orígenes aún se desconocen.
“Ningún país debe ser estigmatizado por detectar y notificar variantes”, comentó al respecto Maria Van Kerkhove, epidemióloga de la OMS.
*Con información de Reuters