Para iniciar con todo en mayo, Donald Trump declaró que el coronavirus había sido creado en un laboratorio de China. Tras las estas revelaciones, el Comité de Emergencias del Reglamento Sanitario Internacional pidió a la OMS (Organización Mundial de la Salud) chambear para encontrar la fuente zoonótica de este virus y cómo rayos llegó con los seres humanos.
Además de esta difícil pero certera petición, el Comité pidió mantener la alerta de salud pública por el COVID-19 —no vaya a ser que una nación se descarrile e ignore todo el trabajo que los científicos han hecho desde que surgió la amenaza por el coronavirus.
“La OMS no ha recibido ninguna información de Estados Unidos con pruebas sobre el origen del #coronavirus. Esto sigue siendo especulación.
Las pruebas que tenemos es que es de origen natural y necesitamos más información sobre el intermediario”@DrMikeRyan #COVID19 pic.twitter.com/lhu0tSrOcK— Noticias ONU (@NoticiasONU) May 4, 2020
Buscan origen del virus
Una vez que se dejó de lado la posibilidad de que el coronavirus haya sido creado en un laboratorio chino, la jefa del Departamento de Enfermedades Emergentes de la OMS, María Van Kerkhove, explicó que el virus circula de manera ancestral entre los murciélagos. ¿Y eso qué quiere decir?
Gracias a información de la secuencia genética del virus, la OMS sabe que el coronavirus está entre los murciélagos y lo único que falta es saber qué animal funcionó como intermediario para que el virus saltara hacia las personas.
Como ven, queda un largo camino de investigación —que deberá elaborar la Organización Mundial de Sanidad Animal y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
Y va de nuez: el objetivo es detectar a las especies que pudieron transmitir el coronavirus por primera vez en China.
Es decir, las investigaciones se enfocan en la causa zoonótica del coronavirus —contradiciendo la tesis de Donald Trump, presidente de Estados Unidos. Por cierto, entre las tareas de la OMS está brindar información sobre cómo prevenir infecciones por SARS-CoV-2 entre animales y humanos, así como prevenir el surgimiento de nuevos reservorios zoonóticos.
