A propósito de las olas de calor registradas en Europa —que de acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial serán cada vez más frecuentes e intensas—, hay quienes preguntan por qué una ola de calor no tiene nombre, así como pasa con los huracanes.
Como son varias las personas y los grupos que lo han preguntado y ha resonado en redes, la misma Organización Meteorológica Mundial (OMM) se dio tiempo de responder.
5 razones por las que las olas de calor no tienen nombre
Para empezar: no hay un protocolo internacional para nombrar o siquiera coordinar qué nombres van a tener las olas de calor.
Con lo que sí se cuenta, a nivel internacional y regional, es con los esfuerzos en la realización de pronósticos “precisos” y alertas tempranas que permitan salvar vidas.
La OMM ha explicado que con el paso de los años ha mejorado en los protocolos y en la colaboración entre instituciones.
Pero, si cada año vemos que las olas de calor están más fuertes o son más frecuentes, ¿por qué no ponerles nombre?
No es lo mismo que con los huracanes
Así es. La OMM explicó que no puede aplicar el protocolo que tienen los huracanes con las olas de calor porque si bien los esfuerzos para el primer caso son más que conocidos, pues no aplica con las olas de calor porque las experiencias son distintas.
Es decir, no se pueden comparar las experiencias, lecciones y protocolos que hay para los ciclones tropicales y huracanes con una ola de calor porque el tipo de peligro es otro.
“Debido a las diferencias en la naturaleza física y los impactos de las tormentas y las olas de calor”.
Grupos independientes
Sabemos que una de calor es el periodo de clima cálido inusual que persiste por varios días y noches.
Para identificarlas, las instituciones internacionales y locales manejan indicadores de condiciones climatológicas.
Y, ¿quiénes son los encargados? Las agencias nacionales como los servicios meteorológicos o las instituciones de salud pública.
Ya es un esquema que está cien por ciento probado y definido por las instituciones oficiales, pero si un grupo independiente quiere entrarle y comenzar con la clasificación de las olas de calor, pondría en riesgo toda la coordinación ya trabajada.
Así como los protocolos de protección civil, provocando consecuencias no tan chidas en la efectividad de las alertas de calor o las medidas de respuesta.
El pronóstico
Las olas de calor se pueden pronosticar con 10 días de anticipación en zonas extratropicales y latitudes altas, pero aún no se está al cien para hacerlo con una anticipación de tres días.
Entonces, si esto aún no se perfecciona, al momento de hacer una clasificación y poner nombres, los pronósticos no serían exactos porque en una de esas las las de calor no suceden o ocurren en otros puntos.
“Esto podría potencialmente socavar cualquier beneficio de aumentar la conciencia a través de nombres y crear falsas alarmas”.
Y por lo pronto…
Frente a este escenario, la OMM va a seguir trabajando para apoyar el desarrollo de sistemas de alerta temprana de calor, con énfasis en el calor extremo, así como las estrategias de riesgos.
Además de echarle un buen ojo a las ventajas y desventajas de darles un nombre a las olas de calor.