Como ayer les informamos, O Globo difundió información que confirmaría lo que desde hace meses se especula: el exdirector de Pemex, Emilio Lozoya, sí recibió sus buenos moches por parte de la empresa brasileña Odebrecht. Para legisladores de la oposición, el pitazo es suficiente como para que las autoridades aprehendan al cuate del presidente. Falta ver si tienen ganas los elementos suficientes, antes de que se les pele…
Pero vamos por partes: ayer el diario brasileño publicó una nota basada en documentos de la delación premiada que han ofrecido varios funcionarios de la constructora (todavía bajo reserva, pero ya en manos del gigante mediático). En esta declaración los de Odebrecht aceptan haber dado a Emilio Lozoya un soborno de 10 millones de dólares a cambio de ganar una licitación de 115 millones. De acuerdo con O Globo, el contrato sería para realizar las obras de una refinería en Tula, Hidalgo.
Uno de los que soltó la sopa fue el exdirector de Odebrecht en México, Alberto de Meneses Weyll, quien asegura que los pagos a Lozoya comenzaron en marzo de 2012, cuando era uno de los principales integrantes del comité de campaña de Enrique Peña Nieto. Todo fue saldado hasta 2014.
A la peruana…
Alberto de Meneses Weyll llegó a México en 2009 para utilizar el mismo sistema de corrupción aplicado en Perú, con el expresidente Alejandro Toledo (ya con órdenes de aprehensión en contra). De hecho, Weyll conoció a Lozoya cuando éste apenas era militante del PRI, “partido que estaba en la oposición en ese año, pero que ya conocía el camino para ganar obras ilegalmente”, señala O Globo (auchh… parece que no sirvió eso de “hablen bien de México en el exterior”).
El primer pago se habría realizado durante la campaña electoral de EPN. Weyll declaró que el primer pago fue de 4 mdd a modo de indicar que, en caso de que el PRI venciera en las elecciones, “la asociación corrupta podría dar mejores rendimientos”… y Lozoya, con peso en la campaña de quien se perfilaba como futuro presidente, no dudó en extender la mano: “Me dijo Lozoya que, bajo el pretexto de haberme ayudado en el posicionamiento en Tula, entendía que se le debía un pago en su favor del orden de 5 millones de dólares”, declaró el exdirector de Odebrecht en México.
A final de cuentas la refinería en Tula no se construyó, pero con EPN como presidente y habiendo designado en Pemex a su cuate, a éste le tocó redireccionar los recursos para la ampliación y modernización de refinerías ya existentes… nuevamente un esquema ya probado y reprobado en otros países: “a ejemplo de lo es hecho en grandes obras en Brasil, Pemex repartió esa obra en varias licitaciones”… obviamente, Odebrecht le entró al “concurso” y ganó. Y claro, la ayuda de parte de Lozoya fue bien recompensada.
Para el medio brasileño, cuya investigación ya metió al bote a varios funcionarios de distintos países, con todo lo declarado por los de Odebrecht ya sólo es cuestión de que “la PGR de México profundice en las investigaciones y determine si el dinero que pagó la empresa era sólo para él (Lozoya) o, de alguna manera, benefició a otros integrantes del gobierno de Peña Nieto”… es decir, no hay de otra: SÍ hubo soborno.
Pero es que los brasileños no saben cómo se las gastan las autoridades mexicanas…
Para ver si se animan a mover, aunque sea una pata, legisladores han señalado la gravedad de lo dado a conocer en O Globo: “el señor Lozoya debería de estar ahora mismo en la PGR declarando, deberían detener en estos momentos a Lozoya”, apuntó el diputado Vidal Llerenas, apoyado por el legislador panista, Fernando Herrera. “Tiene que haber consecuencias; ahí hay elementos para que el Presidente le ordene a su procurador, que le obedece, que investigue abiertamente, debería estar en la cárcel”, agregó el también panista, Francisco Burquez.
Y bueno, en lo que los indignados legisladores (porque seguramente ninguno estaba enterado) se rasgan las vestiduras, la PGR dio a conocer que se han mantenido comunicaciones con las autoridades de Brasil, pero la Fiscalía de la tierra de Xuxa nomás no entrega la información completa, debido a que el desahogo de pruebas todavía continúa.
¿Y qué dice Lozoya?… pues qué puede decir: “Jamás he participado en actos de corrupción”. Y frente a tamaña declaración, ni siquiera una investigación internacional puede hacer algo.
