De acuerdo con Héctor Orozco Fernández, director del Servicio de Administración y Enajenación de Bienes: Oceanografía está obligada a resarcir el daño patrimonial que causó a Pemex, al ser la favorita para establecer contratos pero incumplir en sus servicios.
Cuando la empresa fue intervenida por el Servicio de Administración y Enajenación de Bienes, de la Secretaría de Hacienda, se reveló que Banamex había descubierto que el crédito a la empresa por 585 millones de dólares para financiar facturas de Pemex sólo estaba respaldado en documentos por 185 millones. El monto aproximado del presunto fraude es similar al presupuesto que recibe la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) anualmente (más de 30 veces lo que costó la Estela de Luz).
El SAE tuvo que administrar Oceanografía para evitar que colapsara y pusiera en riesgo a Petróleos Mexicanos, su principal cliente por el incumplimiento generalizado de obligaciones, particularmente laborales, ya que la empresa tenía adeudos por más de tres meses de salarios con los trabajadores.
Además, le debía a los acreedores financieros y había demandas en contra de Oceanografía; por lo que según el director del SAE se actuó con oportunidad.
“La principal responsabilidad del administrador era evitar que el incumplimiento generalizado de obligaciones de pago pusiera en riesgo a terceros: en primer lugar, sus trabajadores; en segundo lugar, su principal cliente, Petróleos Mexicanos, en particular sus trabajos en la Sonda de Campeche. La principal función del SAE, como administrador, era evitar que la empresa colapsara”.
Según él, desde ese día, los trabajadores reciben sus pagos puntualmente, la empresa continúa en marcha y los acreedores tienen un foro para hacer valer sus derechos.
Sin embargo, fue cuestionado por la Comisión Especial para la Atención y Seguimiento al Caso Oceanografía del Senado, debido a la opacidad con la que el organismo maneja la contabilidad de Oceanografía.
“En lugar de tener avances claros, tenemos retrocesos, en vez de transparencia en el manejo del SAE, nos encontramos con una profunda opacidad, con conflictos de interés y con un juego de encubrimientos, que nos obligan a pensar que estamos ante un fraude consentido, cuyas ramificaciones son extensas”, dijo Dolores Padierna presidente de dicha comisión.
El director del SAE insistió que la prioridad era la conservación de la empresa, de las fuentes de empleo y convenir con los acreedores que les serán pagados los adeudos. Reconoció que la operación de la empresa, es reducida, pero se mantiene en marcha, situación que es importante, sobre todo, para conseguir recursos para hacer frente a los acreedores.
Según The New York Times, Oceanografía era reconocida por estar muy bien relacionada con los políticos mexicanos, y aunque económicamente era inestable, todos sus ingresos provenían de Pemex quien, a pesar de recibir un pésimo servicio, seguía pagando; este caso quedó documentado en la investigación de Ana Lilia Pérez en el libro Camisas Azules Manos Negras, que relata cómo en los sexenios panistas se hicieron varios negocios en los que se ponía a la paraestatal en desventaja frente a la iniciativa privada
El gran problema para resarcir el daño es que la empresa es un caos en términos financieros, no hay mecanismo para exigirle a Amado Yáñez que pague por los daños provocados a la paraestatal.
Vía: El Universal