Una cosa es que sea prohibida, pero de ahí a que sea peligrosa, es un asunto muy diferente.
Como ya es sabido por muchos, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, durante sus años mozos, le entró a una que otra sustancia legal e ilegal; por lo que ahora, desde su experiencia, asegura que la marihuana no es más peligrosa que el alcohol, pero eso sí, legalizarla no resolverá todos los problemas.
“Como ha quedado bien documentado, fumé mariguana de joven y yo lo veo como un mal hábito y un vicio no muy diferente a los cigarrillos que he fumado durante mi juventud y en gran parte de mi vida adulta. No creo que (fumar marihuana) sea más peligroso que el alcohol.”
Lo anterior quedó plasmado en una entrevista concedida por el morenazo a The New Yorker, la cual fue publicada ayer. Pero aun cuando reconoce lo relativamente “inofensivo” de la mota, Obama, como buen padre, le ha dicho a sus hijas que fumarla “es una mala idea, una pérdida de tiempo y no muy saludable”.
Por otra parte, comentó que uno de los problemas del consumo de marihuana es lo exagerado de los castigos que se imponen a quien la fuma, algo que afecta sobre todo a las minorías estadounidenses: “No deberíamos encerrar por largos períodos de tiempo a los jóvenes o individuos por consumir (marihuana) cuando los que están escribiendo esas leyes han hecho probablemente lo mismo“.
Es por lo anterior que el avance de medidas como las implementadas en Colorado, donde se ha despenalizado el consumo de cannabis, representaría acabar con las injusticias que acarrea la prohibición de esta risueña yerba… Pero, aun así, el problema no es tan fácil de resolver, ya que lo complicado es definir cuáles drogas sí y cuáles no, sobre todo cuando existen drogas que provocan un “profundo daño y coste social” como la cocaína o las anfetaminas.