Esta semana Obama visitará México y ha anunciado que lo que discutirá con el presidente Peña Nieto será prioritariamente la agenda económica (y no la de seguridad).
No obstante, varias organizaciones piden que se revise temas pendientes en México y en Estados Unidos, desde las reformas a las políticas de inmigración, el problema de la política de armas en Estados Unidos (y los efectos que tiene en México, tal es lo que se busca en la campaña Postea por la Paz), hasta el tema de los Derechos Humanos en México.
En esto último se centró la organización Human Rights Watsch (HRW) ya que pidió al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que en su visita a México «rompa el silencio» que ha mantenido su administración frente a la crisis de Derechos Humanos más grave que ha sufrido el hemisferio y que proviene de la estrategia de seguridad tomada durante la administración de Felipe Calderón.
La carta fue entregada hoy al mandatario y ha sido firmada por José Miguel Vivanco, director para las Américas de HRW, y en ella le asegura a Obama que la visita que hace al presidente de México «es una oportunidad crucial para evaluar la crisis de seguridad que persiste en México».
Además se adjuntan estadísticas con cifras como las siguientes: más de 70 000 muertos, alrededor de 26 000 desaparecidos, operativos ineficaces que muestran que de los 620 000 detenidos cerca de 500 000 (más o menos el 80 por ciento) fueron liberados por falta de pruebas o bajo fianza.
La misiva expresa también, que la «guerra contra el narcotráfico» (misma que fue impulsada por la administración de Felipe Calderón y que, según la carta, tuvo «pleno apoyo y cooperación de Washington») permitió «que miembros de las fuerzas de seguridad mexicanas cometieran violaciones generalizadas de derechos humanos y se practicara la tortura de un modo sistemático», y por tales hay más de 6 mil 500 quejas ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos sobre torturas y tratos crueles y degradantes.
El director de la Organización advierte que «una de las principales causas del aumento de abusos crónicos es la impunidad». Y da como ejemplo que ningún funcionario federal fue condenado por esta práctica durante la administración calderonista. Además, durante la misma administración se iniciaron cerca de 5 mil investigaciones sobre violaciones de derechos humanos, pero sólo en cuatro casos se dictaron condenas contra militares.
Hay que recordar, que el pasado 23 de abril un total de 23 congresistas estadounidenses expresaron al Secretario de Estado, John Kerry, su preocupación por las violaciones a los derechos humanos en México y pidieron que sea uno de los temas claves en la agenda entre ambos países.
Además, piden retener los recursos que aporta el gobierno estadounidense (por parte de la iniciativa Mérida) hasta que se reforme el Código de Justicia Militar (de tal manera que los abusos cometidos por militares sean juzgados por tribunales civiles).
Manifestaron también que durante la administración de Felipe Calderón se quintuplicaron las denuncias por motivo de violaciones a los derechos humanos cometidas por el ejército y la Policía Federal (pasaron de 534 en 2007 a 2 mil 723 en 2012) y que van desde detención arbitraria hasta tortura, violación sexual y ejecución extrajudicial.
Del mismo modo, añadieron que se preocupan por el uso generalizado de la tortura y el trato cruel para obtener confesiones.
Señalan que en abril del 2012 se creó el Registro Nacional de Personas Extraviadas o desaparecidas, no obstante «hasta la fecha no está en pleno funcionamiento y no existe ninguna base de datos de cuerpos y restos no identificados».
Así, parece que ambos mandatarios tendrán muchos temas de qué hablar que no se restringen al ámbito económico. De todos modos, sería interesante que mientras los estadounidenses abogan por los derechos humanos, el presidente de México exija, del mismo modo, que Estados Unidos tome medidas respecto de su política de Armas (polémica que inició por las masacres perpetradas por estudiantes, y que está dividiendo ahora mismo su congreso entre los argumentos de los demócratas y los de los republicanos).