Ser estudiante no es fácil, sobre todo porque en esos años de juventud uno quiere hacer todo, menos pasarse horas y horas estudiando. En Sopitas.com (aunque a veces no lo parezca) también fuimos a la escuela y sabemos que hay veces en las que nomás no podemos concentrarnos.
Ojo, con esta nota no pretendemos fomentar la deshonestidad, ni la trampa, ni estamos diciendo que siempre debas copiar durante los exámenes. Más bien queremos darte una breve guía por si algún día no tienes chance de repasar tus lecciones debido a causas de fuerza mayor, o asuntos de vida o muerte, como podrían ser:
- Ver un Atlante vs. Necaxa por televisión
- Acompañar a tu mejor amigo a curarse las penas amorosas a un table
- Leer Sopitas.com
- Ver la novela de Pedrito Fernández
- Las películas que pasan el fin de semana en el Golden Choice
- Estar crudo
Ok, después de dejar en claro que NO es bueno copiar en los exámenes, salvo cuando sí, les diremos que son unos afortunados, pues en el milenario arte de copiar ahora tenemos ventajas con las que los flojos de antaño ni siquiera soñaban. Obviamente hay métodos clásicos que nunca pasarán de moda, pero en general, esto de sacar el acordeón durante una prueba es una ciencia que sigue perfeccionándose.
Hace mucho se usaban métodos rudimentarios y muy sencillos, como escribir la información en nuestra propia piel o en pequeñas tiras de papel que se ocultaban en la pluma o en alguna parte de la ropa. Ahora podemos almacenar muchos más datos en infinidad de aparatos, o incluso usar cámaras de video.
Como quizá los necesites para los exámenes de esta semana o por mera cultura, demos un repaso a estos métodos de copiado que van de lo clásico a lo muy novedoso:
Clásicos que se perfeccionan
Usar la información o las fórmulas que necesitas para un examen sigue siendo lo más socorrido, pues su preparación es sencilla (eso sí, tienes que ser hábil para escribir letras minúsculas) y no gastas casi nada, aunque claro, su efectividad depende de tu habilidad y discreción.
Ahora, para ahorrarle la fatiga a tus ojos, puedes vaciar toda la información en un software de texto como Word, donde escribes todo lo que necesitas y después, eliges el tamaño de letra y un formato adecuado.
Después puedes imprimir las copias que necesites (hasta puedes regalarle unas a tus cuates) y a la hora buena, esconderlo entre la ropa, el reloj o en una pulsera:
Aquí el chiste es usar la creatividad, por ejemplo, puedes imprimir tu acordeón como si fuera la etiqueta de un chesco:
O puedes conseguirte una de estas plumas en el mercado negro, en las que introduces el acordeón y vas checando la información en una pequeña abertura.
Otro método son los bolígrafos de tinta invisible, que vienen equipados con luz ultravioleta. Así, puedes escribir la información en superficies u hojas blancas. Ojo, es necesario que el salón donde hagan la prueba esté bien iluminado para que la luz no te eche de cabeza.
Relojes inteligentes
Y no, no hablamos del Apple Watch (aunque seguramente también servirá), sino de cualquier reloj que pueda mostrar mensajes personalizados de texto. En su momento eran muy exitosos pues nadie sospechaba que un reloj sirviera para eso, pero ahora los maestros comienzan a sospechar e incluso algunos los han prohibido durante los exámenes.
Aquí lo conveniente es que cheques qué tan actualizado está tu profesor o profesora en cuestiones tecnológicas.
Celulares y chicharos
Si quieres verte más sofisticado puedes emplear otros métodos más avanzados, pero que cuentan con un inconveniente: deberás conseguirte un cómplice.
La idea es que usando la comunicación por audio, leas las preguntas para que alguien que esté afuera del salón busque las respuestas en tus libros o en internet, y después te las transmita por medio de un audífono. Suena complicado, pero con un poco de práctica podrás dominar la técnica.
Hace no mucho, varios estudiantes chinos fueron descubiertos mientras usaban un teléfono para copiar, y cuyos audífonos intentaron esconder entre la ropa. Debemos reconocer que con lo aparatoso y rudimentario de estos aparatos, este método estaba destinado al fracaso:
Por eso lo mejor es usar chícharos o intercomunicadores inalámbricos para la oreja, y que entre más pequeños sean, mejor.
Incluso hay miniaturas como ésta:
Lo malo es que no son tan baratos.
Ya que encontraste uno de estos aparatejos viene lo bueno: Ensayar tus dotes de ventrílocuo y aprender a susurrar las preguntas justo cuando haya ruidos dentro o fuera del salón. Por ejemplo cuando alguien estornude o pase un camión muy escandaloso… el chiste es estar atento a las oportunidades y aprovecharlas.
Otra opción es el GSM Pen, una pluma que por medio de Bluetooth puede enlazarse al teléfono sin necesidad de ningún cable. El micrófono se encuentra en la punta del bolígrafo y las respuestas las recibes en un audífono. Si te cachan, sólo podrás ser inculpado si el maestro en cuestión tiene la ocurrencia de desarmar la pluma.
Cámaras ocultas
Como vimos, las opciones del punto anteriores requieren que estemos hablando continuamente. Si de plano esto no se te da, entonces recurre la opción visual por medio de cámaras de foto o video con las que puedas transmitir imágenes del examen.
Lo más común sería conseguir una pluma que tenga instalada una microcámara de fotos al estilo James Bond. Al tomar la imagen, únicamente debes mandársela a tu cómplice vía WiFi y listo. Él se encargará de buscar las respuestas.
Otra forma, aunque mucho más elaborada, es usar tus lentes de diario (y a los que el profesor está más que habituado) y esconder en ella micrófonos, cámaras y demás enseres tecnológicos que necesites para triunfar en la prueba. Así le han hecho algunos chinos que, por desgracia, también fueron descubiertos.
Volvemos a lo mismo: aquí la cosa es verse creativo y poner la camarita en los sitios menos pensados, como en alguna botella o contenedor de líquido:
O hasta en una medalla:
Los profesores también se ponen tecnológicos
Por fortuna no son todos, pero hay profesores que ante los nuevos métodos para copiar de los alumnos, también se apoyan de la tecnología para evitar que la deshonestidad y la trampa se impongan al conocimiento.
Como muestra de ello, tenemos un video que salió a principios de este 2014, sobre la forma en la que unos drones vigilaban que los alumnos de una escuela belga no copiaran durante los exámenes:
¡Belga!
Ya luego se supo que todo aquello fue un video falso que hizo la propia escuela como “experimento periodístico”. De todas formas, esto encendió las alarmas de todos los copiones del mundo, quienes vieron que también los maestros están modernizándose en la lucha contra el copiado.
Otro truco que está implementándose en el primer mundo y escuelas pipiris nais del tercer mundo, es el uso de inhibidores de frecuencia para anular la señal de los teléfonos celulares (como en la cárcel, pero aquí sí funcionan), por aquello de los valientes que a pesar de la prohibición, usan su smartphone durante las pruebas.
En otras escuelas lo que emplean son detectores como el Pocket Hound, que localiza teléfonos ocultos, así como señales de radio y su origen.
Si el presupuesto de una escuela no es mucho, de todas formas pueden aplicarse medidas más austeras como en Tailandia, donde usan “anteojeras” para que los educandos no puedan ver los exámenes de sus compañeros ni distraerse.
Aunque más bien parecen orejas de burro:
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Al final, ésta es una guerra en la que maestros y alumnos deben hacer gala de su ingenio y habilidad para engañar al rival. Algunos se sentirán más cómodos usando los métodos clásicos mientras que otros no quieren dejar de aprovechar las ventajas de la modernidad.
¿Y si en lugar de andar invirtiendo tantas horas en hacer trampa mejor nos ocupamos en pasar las pruebas de un modo honesto?
Bueno, tampoco me vean con esa cara, sólo era una sugerencia.
(¿Algún método que recomienden?)