Por Carlos Brown Solà
Admitámoslo: a pesar de ser el mayor desafío que enfrentará la humanidad en el siglo XXI, el cambio climático es un tema poco atractivo y que ocupa pocos encabezados de periódicos. Esto cambió el pasado jueves 1 de junio cuando cierto presidente, de cuyo nombre no queremos acordarnos, anunció la intención de salida de Estados Unidos del Acuerdo de París.
La cobertura fue enorme y no para menos: este acuerdo multilateral (es decir, entre muchos países), firmado por 194 países y al que ya se han unido formalmente 147, es el primero de alcance casi global para combatir el calentamiento global. En este mapa puedes ver qué países se han unido y cuál es su participación en las emisiones contaminantes globales. Los únicos países que acompañan a EE.UU. fuera del Acuerdo de París son Siria (un país en guerra) y Nicaragua (que no se unió porque no le parecía lo suficientemente ambicioso).
Aunque el ahora presidente había propuesto la salida de EE.UU. del Acuerdo como una promesa de campaña, su opinión sobre el cambio climático había sido tan cambiante que no había certidumbre alguna sobre sus decisiones al respecto sino hasta unos días antes del 1 de junio. Con este anuncio, el presidente sumó y/o confirmó algunos adversarios y enemigos en la lucha contra el cambio climático, muchos de ellos agrupados en el frente We Are Still In (“Seguimos dentro”, en inglés) que se anunció esta semana.
1. Los jefes de gobierno de muchos, muchos países
Tras la cumbre de la OTAN (los amigos militares de Estados Unidos) y del G7 (los amigos ricos de Estados Unidos), las imágenes de otros jefes de gobierno reaccionando a los discursos del presidente de Estados Unidos han circulado en redes sociales y medios de comunicación: los otros seis jefes de gobierno del G7 caminando por las calles de Taormina, Italia –donde se realizó la cumbre del G7 este año–, mientras el presidente naranja iba en un carro de golf; la canciller alemana, Angela Merkel, anunciando que Estados Unidos ya no es un socio confiable y dando un trago de cerveza tras sus declaraciones; el recién electo presidente francés, Emmanuel Macron, saludando con firmeza al nuevo presidente estadounidense; o Justin Trudeau, primer ministro canadiense, reuniéndose esta semana en su ciudad natal con Obama.
Las señales son claras: cada vez se consolida un mayor frente de líderes de gobiernos nacionales ante el presidente de EE.UU. Tras el anuncio de la salida del Acuerdo de París, esto se confirmó con las reacciones inmediatas en redes sociales (¿se acuerdan cuando existían las conferencias de prensa para estas cosas?) y comunicados oficiales: las condenas de las autoridades de la Unión Europea, los gobiernos nórdicos, los otros gobiernos del G7 (Macron incluso grabó este video), el secretario general de la ONU y hasta Peña Nieto y el primer ministro chino, Xi Jinping. Hay que aclarar que China es el país más contaminante del mundo y el posible nuevo líder global en la lucha contra el cambio climático. Es decir, al renunciar al Acuerdo de París, Estados Unidos pone en bandeja de plata el liderazgo que tanto quiere recuperar en manos de su mayor rival.
2. Los grandes empresarios tecnológicos de EE.UU.
La segunda reacción que sorprendió vino de quienes encabezan las mayores empresas (especialmente tecnológicas) en Estados Unidos. En redes sociales, pudimos ver las condenas del presidente de Microsoft, Brad Smith; el CEO de Tesla, Elon Musk (quien, además, anunció su salida del Consejo de Negocios del presidente naranja); el presidente de General Electric, Jeff Immelt; el presidente de Facebook, Mark Zuckerberg; Bob Iger, jefe ejecutivo de Disney (que siguió los pasos de Musk y abandonó el Consejo de Negocios), además de muchos otros líderes empresariales.
3. Los gobiernos locales
Pero la mayor sorpresa en las reacciones y acciones frente al anuncio ha venido de los gobiernos locales (es decir, los estados, municipios y alcaldías) alrededor del mundo, incluyendo los de muchas ciudades y estados en EE.UU. Los alcaldes del C40 (la red global de ciudades que encabeza la lucha contra el calentamiento global desde lo local, donde está incluida la Ciudad de México) y un grupo de 248 alcaldes de Estados Unidos han respondido a Trump más allá de la condena, comprometiéndose con el Acuerdo de París y anunciando futuras medidas desde lo local.
A ellas se suman 13 gobernadores de ambos partidos políticos en Estados Unidos, reunidos por la recién creada Alianza Climática que representa a una tercera parte de la población estadounidense, que le “pintaron dedo” al presidente naranja y anunciaron medidas desde sus gobiernos para mantener el Acuerdo de París. Su co-presidente, Jerry Brown, el actual gobernador de California, acaba de firmar un acuerdo con China para cooperar en reducir las emisiones de contaminantes. Al mismo tiempo, la Unión Europea declaraba que trabajará directamente con los gobiernos locales en la lucha contra el calentamiento global, omitiendo la cooperación en materia climática y energética con el gobierno federal de Estados Unidos, subiendo el financiamiento al Fondo Climático Verde.
Aunque la salida de Estados Unidos del Acuerdo de París es una mala noticia para el mundo, ya que dificulta aún más alcanzar la meta de no aumentar la temperatura promedio global por encima de los 2ºC para el año 2050, las reacciones a este anuncio nos recuerdan que la batalla contra el calentamiento global sigue, pero el liderazgo cambia de manos. Tras los esfuerzos de Obama por encabezar este tema como presidente de Estados Unidos, toca el turno al resto del mundo.
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Carlos Brown Solà es internacionalista y economista.
Twitter: @cabrowns