Este año Nueva Zelanda presentó la iniciativa de cambiar la bandera que crea la identidad del país. Este tipo de “descontento” no es nada nuevo, de hecho desde la década de los 60 ha sido un tema recurrente. El motivo es porque la bandera es un símbolo de la colonización británica, como recordarán la actual bandera tiene en la esquina superior izquierda la Union Jack británica. Por un lado, obviamente, ya no quieren portar este símbolo que representa a otro país; además, señalan que su bandera es comúnmente confundida con la bandera de Australia, la cual es la misma situación de colonización.
Esta ocasión el gobierno ha dado a conocer el diseño que ha sobresalido de al rededor de 10,292 diseños propuestos. Cerca de 1.5 millones de personas, que representan un 49% de la población, salieron a las urnas a demostrar su aprobación a dicho cambio del estandarte. El diseño ganador fue creado por Kyle Lockwood, y es titulada “Helecho de Plata”.
El autor de la bandera explicó que muestra una hoja de helecho ya que es un elemento natural autóctono y mucha gente identifica su país con este, el azul profundo simboliza la atmósfera y el océano Pacífico, que en palabras del creador “todos los neozelandeses o sus antepasados lo han cruzado”; se conservó el diseño de las cuatros estrellas que se ubican en el extremo derecho porque son una representación de la Cruz del Sur, que simboliza la ubicación geográfica del país.
La bandera que quedó en segundo lugar también fue diseñada por Kyle Lockwood, básicamente es el mismo pero con diferente color en la extremidad superior izquierda.
A pesar de que ya cuentan con una bandera ganadora habrán otras votaciones en el mes de marzo para hacer definitivo el cambio, ya que el mismo primer ministro John Key -quien puso a cabo la iniciativa- ha confesado que a pesar de haber recibido un gran número de votos no representan ni la mitad de la ciudadania; por lo tanto, la bandera sería una representación a medias.
Por otro lado, este ejercicio del cambio de bandera ha hecho que se divida la opinión pública, tanto por el costó que está generando así como el ‘momento’ en el que se encuentra el país. Otra parte de la gente pone en duda la veracidad de las votaciones ya que muchos alegaron contra los últimos 5 diseños seleccionados, los cuales para la gente se les hacía muy sosos, y que ‘sospechosamente’ ganó el diseño favorito por el primer ministro. Se calcula que todo este proceso tendrá un costo total de $18 millones de dólares.